viernes, diciembre 26

Melocotón y Vainilla ♥


Mis dos pequeños y hermosos hamsters, me los regaló mi gordo por Navidad. Quiero darle las gracias porque ha sido el mejor regalo que me han dado por esta época, porque no es algo material: tienen vida, y eso me encanta.

Me encanta porque en mi cuarto ya no soy sólo yo, ahora hay dos linduras corriendo y comiendo. Ya no me siento tan sola antes de dormir, me gusta estar con ellos porque además, pienso que una mascota no sólo es para hacerle compañía a su dueño, sino que también es para que su dueño le haga compañía a ella.

Hace un rato estaba con Melocotón y Vainilla (así se llaman mis ricuras), y les abría la puerta de su casita, unas veces salía Melocotón, otras salía Vainilla. Tienen que turnarse porque si no se escapan, ¡son muy escurridizos! Es el segundo día que los tengo y ya me encariñé demasiado con ellos, así como ellos ya me tienen confianza. Ayer me costó un poco de trabajo poder cogerlos, se asustaban y no les insistía mucho para que no piensen que soy como Elvira (la niña espesa que molesta a Pinky y Cerebro y a varios Looney Tunes). Sin embargo, poco a poco pude tenerlos en mi mano y me encanta cuando caminan hasta mi hombro.

Continúo con lo que estaba haciendo hace un rato, limpié su casita y para eso tuve que sacarlos de ahí y los puse en una batea mientras mi mamá los cuidaba, lo hice rápido porque creo que a Vainilla no le gusta la batea, claro, es obvio.

Cuando su casa ya estaba lista, pasé a Vainilla para que esté cómoda, y cuando tuve que pasar a Melocotón, que estaba dormido, me mató la ternura que sentí. Estaba echado boca arriba, con sus patitas enrolladas, parecía una bolita llena de pelos con narizita y patitas rosadas. ¿Parecía? ¡Lo era! No pude soltarlo, se veía tan lindo.

Cuando se levantó me miró y yo me pregunté qué es lo que provoca tanta ternura, tanto de Melocotón como de Vainilla, ¿Será su pelo suavesito? ¿o sus lindas patitas? ¿quizás su colita rosadita? ¿o la mirada indefensa que muestran? ¿podría ser su forma en la que bostezan, sacando su lenguita? ¿la forma en la que toman agua demostrándote que dependen de ti? ¿la forma en la que duermen? ¿o en la que se despiertan, cuando se esfuerzan por abrir sus ojitos? ¿o simplemente su pequeño tamaño? ¿o la manera en la que me hacen compañía?

Por todo. Es absolutamente por todo, no sólo por eso, es también por la forma en la que se paran con dos patitas, la forma en la que se quieren comer mi pelo, mi ropa, la forma en la que quieren morder mi dedo (suavesito y con cariño porque no son agresivos), la forma en la que me piden que les abra la puerta, la manera en la que se suben a mi mano, como reúnen su comida en un solo lugar… y todo. Así de simple.

Ya van dos días, y por fin sé lo que es tener una responsabilidad, una que de hecho, me gusta muchísimo, y por fin sé, también, que realmente los dientes de un hamster son poderosos.

Para ustedes, ricuras:

Los voy a cuidar cómo nadie tiene idea.

Porque me hacen estar sentada en el suelo durante horas sólo para verlos, porque me encanta jugar con ustedes y darles de comer, porque no puedo dejar de decir “coshita bella” “qué cosha quele” “¡ay que peshosho!” cuando me dirijo a ustedes, sólo les pido que no se peleen mucho.

Gracias por dos pedazitos llenos de vida, siempre fue mi sueño.


***
PD: son una de mis alegrías, y escribí sobre eso wujuuu :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Melocotón & Vainilla ROCK!
.D


Mensaje dejado por un amante de los gatos, perros y ratones q qiere como mascota un suricato :]

Aixa dijo...

jajajaja pon tu nombre pe christian :D