sábado, diciembre 26

Nunca pensé que fuera tan difícil despedirse de los profesores de mi colegio. De los que quiero, claro. La mayoría son geniales. A la mayoría extrañaré.

Menos a la de inglés.

¡CHAAAAAAUUUUUU LOOOOOCAAAAAA!!

:)

viernes, diciembre 25

¡Feliz Navidad!

Para qué escribiría sobre la Navidad cuando puedo vivirla :D
Y ustedes para qué leerían una entrada sobre la Navidad cuando pueden vivirla.

Aún quedan unas horas, disfrútenla :)



PD: ¿A ustedes también les pasa que cada diciembre hay un contacto en el msn que tiene de nick "all I want for Christmas is you"?

domingo, diciembre 6

Y colorín colorado.. el colegio se ha acabado

Dedico esto a la promoción 44 - SAP:

En tan sólo unos días dejaré la mochila del colegio, dejaré de escuchar “Aixa, amárrate el cabello”, ya no estudiaré para cada examen de los miércoles… en realidad, dejaré muchas cosas.

El viernes fue el relevo de escoltas, que quiere decir que la escolta de quinto pasa a ser la ex –escolta y es reemplazada por la de cuarto. Esto implica que mi promo, quien llevaba la bandera nacional y la del colegio, se las entrega a cuarto, como una responsabilidad que les toca a ellos en el 2010.

¿Saben? Al entregarles las banderas, más de uno de la promo, estábamos diciendo “No se la den, no se la den”. Vi cómo Adriana le entrega la bandera del colegio a no me acuerdo qué chica de cuarto, sus ojos se ponían llorosos.

Esta ceremonia es el momento en el que se le despide a quinto, nuestra escolta se despide de nosotros: uno por uno. Cada uno de ellos escribe palabras que son leídas por un profesor, mientras ellos reconocen a cuarto como la nueva escolta.

No pude evitar grabar esa parte (perdón a los que no salen, no pude grabar todo, por eso también algunas partes están cortadas y no se oye bien):

(Escribiré lo que logro entender de los videos, porque está algo difícil)

Gabriela Aranda:

Hoy se acerca el fin de una etapa que marcó nuestras vidas, y es que todo lo que hemos vivido no ha sido en vano. Hoy podemos estar seguros que vamos a lograr todo lo que nos propongamos y que los amigos que hemos hecho hoy nos seguirán apoyando, como lo han hecho desde que pedimos un borrador.

Tiffany Gushiken:

Yo quisiera decir que es un orgullo estar en la escolta y espero que lo que nos siguen lo hagan mejor que nosotros. Para mí, formar parte de la escolta al comienzo era pesado, y ahora lloro para no dejarla, como a todo mi colegio.

Stephanie Rodriguez:

Ha sido para mí, una de las experiencias más memorables estar aquí, pero más que formar parte de la escolta, ha sido compartir vivencias, retos y sobre todo fraternidad. Por eso espero que la siguiente promoción valore su tiempo juntos, porque aunque nos duela, esto no es eterno.

Ximena del Rosario:

Hoy se acaba una etapa de nuestras vidas, una muy importante para nosotros. Ser parte de la escolta ha sido una vivencia muy especial y que, de seguro, jamás olvidaré. (Ximena me dijo que luego venía “más que una promo, una familia”, pero no sé por qué lo cortaron)

Abanderada 2009, Adriana Oneto:

Muchas gracias por cada uno de los momentos que juntos hemos podido compartir desde pequeños. Nunca los olvidaré, suerte a todos. Y para los demás, disfruten el colegio a más no poder. Nunca dejen que la vergüenza o el rencor se lleven lo mejor de ustedes.

Y que recordaré siempre con mucha alegría. Y por ello, quiero agradecer infinitamente a todos nuestros profesores.

Mario Tejada:

Quiero agradecer a Dios, por haberme dado esta oportunidad de formar parte de todo esto. Y en especial, porque los recordaré con gratas experiencias junto a mi promoción. Me he dado cuenta durante este año que no sólo aprendí cosas nuevas, sino que gané momentos que quedarán marcados en mi vida para siempre, junto a mis verdaderos amigos.

Eduardo Rivera:

Es verdad, me siento orgulloso de pertenecer a esta promoción, la cual me enseñó el verdadero significado de la amistad. Me voy alegre de haberlos conocido a todos ustedes. Gracias por todo, promoción 44.

Renato Lescano:

Larga ausencia en este deber, difícil será olvidar el salir en las formaciones y cantar el himno con mis compañeros, al menos en las últimas tres semanas que he participado. Promoción 44 esta despedida no es un adiós para siempre, aunque lo parezca. Con honor, diré que nuestra promoción fue, es y será la mejor. Y nadie lo puede negar.

Luego Carlos, abanderado 2009, dio su discurso:

(Soy la persona más tonta del planeta, accidentalmente borré la primera parte del discurso… sin embargo puedo recordar algo: Dijo que primero se negó a hacer el discurso, que le habían dicho que tenía que decir lo que sentía sinceramente en ese momento. Y que lo más sentía era fraternidad. Habló de cuando éramos pequeños y estábamos en inicial, todos queríamos entrar ya al “colegio grande verde”, que era primaria… Y así lo hicimos…)

Y pasamos una etapa. La etapa de conocer nuevos profesores, nuevas vivencias y dejamos nuestra huella impresa. Luego, al colegio grande azul, que fue secundaria. De nuevo, les digo, dejamos una huella impresa. Pero ahora, estamos ya muy cerca del final, damos un paso y se acabó. Se van a cumplir 13 años desde que llegamos acá. 13 años, casi más de 160 meses… con ustedes. Y los he disfrutado a más no poder… con todos ustedes. De verdad, es para mí un honor pertenecer a esta promoción y a esta escolta.

(cortado T___T) Dependerá de cada uno. Cada uno sabrá, ingresará a la universidad, será trabajando, será apoyando: lo decide cada uno. Pero yo sé que como promoción 44, a cada uno, les irá bien. Como yo la dije, todos ustedes son mis hermanos. Por eso espero ver algún día, tal vez un presidente Guzmán, tal vez una abogada Rodriguez… tal vez vea a una abogada Corzo o a un marino Sotomayor. Pero me sentiré orgulloso, siempre, de todos ustedes, porque son mi promoción, mi gente. Mi promoción 44, y aprendí con todos ustedes a estar juntos, como hermanos. El colegio es (¿?) de verdad, mi misión franciscana ha tenido éxito.

Y ahora, solamente a un paso del final, uno sólo. Y vuelvo a pensar en el comienzo: ya no habrá más una lista donde veamos con quién nos tocará este año, ya no habrá más los grupos con que juntarse dentro de la escuela. Solamente espero que esta no sea la última vez que los veo a todos ustedes. Sé que no será así. Me siento muy honrado de ser parte de esta escolta, y de esta promoción.

- Fin :)

Y sí, algo muy cierto que dijo Carlos: Estamos a un paso del final, uno sólo. Y vuelvo a pensar en el comienzo...

Aún recuerdo mi primer día en inicial: Mi polo blanco con el nombre del colegio, mi botón morado cosido en él, pues por colores nos ubicaban para las movilidades. Mi mamá me fue a dejar y me recibió la Miss Carmelita, me colgó del cuello un cartelito de color naranja (sí, lo recuerdo perfectamente) que decía mi nombre. Entré por ese pasadizo. Sola. Con mi lonchera en la mano. No tenía miedo, no ese miedo que tengo ahora al estar entre gente nueva. Sólo tenía curiosidad. Algo de nervios, muy pocos.

No sabía todo lo que se me esperaba.

Conocí a tanta gente, hice tantas cosas. Nos hacían dibujar, cortar, colorear mucho. Nos encantaba ir a los estantes que tenían baldes con pelotas, yases, plastilinas. ¡Y los juegos! Mariella y yo siempre nos escondíamos luego del recreo en ellos, pues queríamos que el recreo sea eterno. No había día en que las profesoras no tuvieran que ir a buscarnos. Recuerdo que había en una esquina del pequeño patio, una zona un poco resbalosa: para nosotros era la pista de patinaje. Y cerca de ella habían plantitas, hormigas, chanchitos.

Y mi primer día en el colegio grande verde… mi mamá toda la mañana diciéndome “Te vas a 1ero A, acuérdate Aixa, 1ero A”. Y llegué con mi mochila de ruedas, directo al salón del primer piso de la esquina izquierda. Conocí más gente.

Nos sentábamos en grupos de seis. En medio de la clase jugábamos a las escondidas, chapadas, o cualquier otro juego que se nos ocurriese. Luego, la temida anotación con lapicero rojo en la libreta: casi todos los días llevaba una. Acostumbraban a sentarme entre chicos porque era “muy conversadora”. Ajá, como si eso hubiera sido la solución. Eso no le impide a nadie jugar, hablar, o cambiarse de sitio.

Y en cuarto, amábamos el salón alfombrado. En la lonchera peleábamos por la única escoba para limpiar la zona de nuestro grupo (ya que sólo con manos no se puede limpiar una alfombra). ¿Por qué lo hacíamos? Creo que el grupo más limpio tenía un premio… ¿o el más cochino se quedaba sin recreo?

En los recreos separaban hombres de mujeres, nadie sabe por qué. Sin embargo, algunos de nosotros teníamos un juego de chicos contra chicas ¿Se acuerdan? Había una cárcel que era la escalera y ahí encerrabas a los otros. Si una profesora aparecía teníamos que ayudar a los chicos a escapar porque estaban en el patio de chicas y nadie quería que los botara.

Inolvidables recreos. Inolvidables chapadas, escondidas, sardina enlatada y etc de juegos. Inolvidables los chicles de chicha que comprábamos y masticábamos a escondidas en horas de clase. Inolvidables las salchipapas que eran nuestro mayor deseo a la hora del recreo.

En quinto dejamos de sentarnos en grupos. Empezamos a sentarnos en carpetas de dos. Cambiaron el uniforme y el buzo. Estaba mucho más bonito: la chompa azul por una ploma, las zapatillas blancas por negras, la falda con tirantes por una sin ellos, la casaca azul con blanco por una azul con plomo. En sexto, éramos los más grandes.

Recuerdo las olimpiadas, las gimnasia rítmica, el talent show, los paseos de primavera (sí, al remanso), los días de laboratorio de inglés en los que siempre decíamos “video, video”, los slams, las guerras de papeles y borradores, la miss Milka que amaba a Ibañez, la miss Carmen que nos tiraba la tiza en la cara si hablábamos, el esperado “alisten sus cosas para la salida”, el famoso “autocontrol”, el timbre de recreo que nos obligaba a quedarnos inmóvil y recoger la basura más cercana para llevarla al tacho, las caídas y heridas ocasionadas en los recreos, la enfermería con Angie, el líquidito morado que siempre nos ponía en toda herida, el profesor José Luis Ojeda y su forma tan peculiar de tomar la lista, la leyenda del payaso malvado (¡qué San Antoniano no la conoce!), las tablas de multiplicar, la miss Charito recontra coqueta, el profesor César Vásquez con sus anécdotas, los juegos de informática con el que todos nos enviciamos, las ganas que teníamos de ir al gimnasio en educación física, las salidas del cole por el medio ambiente, las visitas a las fábricas, como las de Chizitos o la de Coca Cola, los talleres que nos obligaban a cambiar cada trismestre, las notas AD, A, B y C, las reuniones de noche, las fiestas en los que todas las chicas se sentaban en un sofá y los chicos en el otro, las botellas borrachas que casi nunca funcionaban, las parejitas de una semana, las parejas que nunca se hablaban, los sprays de la tienda de bromas, el evento “amemos lo nuestro”, nuestro color naranja en olimpiadas…

Y de pronto, estábamos en el colegio grande azul ¿no?

Ahora éramos los más pequeños. Llegaron las porras, profesores totalmente distintos, los exámenes semanales de los miércoles, la feria de ciencias, los paseos de primavera en ropa de calle.

En primero me hice muy amiga de Marita. Y en el relevo de escoltas de ese año, me senté al lado de ella. Como en toda ceremonia, el estado mayor debe pedir permiso al director (a) para empezar y para retirarse. Para esto, debe mover un palo blanco de arriba hacia el costado. Marita se burló de ellos y me dijo “jajaja están diciendo Chau”. Lo sé, no suena gracioso. Pero las dos nos reímos como tontas, como siempre lo hacemos ;) Y así, el siguiente año en el relevo de escoltas lo recordamos, y nos volvimos a reír.

Y, en los dos siguientes relevos de escolta que vi, me acordaba de ese momento con Marita. Y volvía a sonreír.

Este año, Marita fue parte del estado mayor. Y fue ella quien movió el palo blanco de una manera graciosa, y fue ella quien decía “Chau”.

Este viernes, yo llegué en la mañana y las chicas de mi promoción que cogían las banderas estaban todas peinadas con una cola y un lindo lazo rojo con blanco, las de la escolta tenían trenza francesa y, por supuesto, su lindo lazo rojo con blanco. ¡Se les veía tan bonitas! A todas :) Ya iba a comenzar la ceremonia y de pronto pensé “Mierda, ya llegó el día, después de tantos años”

Y, retomando de nuevo el discurso de Carlos, repito (de nuevo) la frase del discurso: Estamos a un paso del final, uno sólo. Y vuelvo a pensar en el comienzo…

No pude evitar acordarme de todo lo anterior. Durante esos 13 años nunca pensé en el final, lo veía tan lejano. Es más, ni si quiera lo veía, supongo que mis subconsciente consideraba esto como algo eterno. Simplemente nunca lo pensé. Y ahora... estábamos todos ahí, diciéndonos “Hasta pronto”. Eso me chocó. Me chocó esa frase del discurso porque, estando en el comienzo, nunca antes había pensado en el final, y de pronto, como un golpe duro de la vida, estoy en el final...

pensando en el comienzo.

Y hace poco muchos de nosotros entrábamos a una universidad para dar un examen… el primer examen de una nueva etapa. Una que no será nunca como esta que se nos va.

Terminó la ceremonia luego de un fuerte grito que pronunció “Y por última vez: ¡escoltas rompan filas! Viva el Perú. Viva el Colegio San Antonio de Padua. ¡Viva la cuadragésima cuarta promoción!”

Y, pasado un rato, las escoltas salieron haciendo un trenzito por la música que la banda tocaba. Se acercaron muchas chicas y vi muchos lazitos rojos con blanco que se juntaban. Luego vi muchas caritas rojas y muchas lágrimas. Abracé a algunas de mis amigas.

Hubo una foto de promoción y nos tomaron examen. (Sí, nos tomaron examen, y a nadie le importaba).

Me da miedo terminar algo que ha sido prácticamente mi rutina de vida entera. Me da miedo comenzar la etapa que realmente me dará responsabilidades, en la que tendré que madurar más rápido y hacerme más fuerte. Me da miedo comenzar una etapa que sé que no será mejor que esta que estoy acabando. Y no es por ser pesimista, es que no necesito vivirla para recién poder decir “el cole fue mejor”.

“Pero vienen cosas mejores”. Lo sé, es parte de crecer y vivir. Es aventarnos a un abismo y disfrutar muchas cosas también. Todos, cada uno de nosotros como promoción 44, vamos a triunfar y tener experiencias y emociones nuevas. Algunas buenas, otras malas.

Pero díganme ¿Dónde encontraremos una Sargento como la que nosotros tenemos? ¿Un profesor y padrino Cubito? ¿Un profe Raez, un Cejota, una miss que ame a Ibañez, un Gian Carlo Rocca, un "teacher"?

Los profesores, los guardianes, los señores de limpieza, el comedor, las enfermeras, el regente, lo arcos maltratados, el coliseo, y ustedes: todos hicieron que estos 13 años sean algo especial.

Sobre todo ustedes, querida promo 44.

Y ahora, con una gran mezcla de miedo y muchas ansias, me preparo para algo nuevo de la vida. Y guardo en mi corazón algo que nunca nadie me podrá quitar :)


Y colorín colorado.. el colegio se ha acabado.



-
PD: quería mencionar que me ENCANTA nuestra casaca de promo :) es linda.

PD 2: Con orgullo y con valor mano en mano marchaaremos en la senda del honoor, por grandeza de nuestra patria! ¡Aveee, oh suelo mío! tierra de santos gloriosos provocando santidad ¡ave! héroes nuestros, gestores de la libertaaad.

PD3: aunque está implícito en la entrada, debo decirlo: los quiero mucho. Está bien, ¡demasiado! ;)

.

miércoles, diciembre 2

Pequeño hamster.

Hay un hamster en el laboratorio de ciencias de mi colegio. No me gusta la idea. El hamster me encanta.

Me da un poco de pena ver cómo los de mi salón se lo pasan entre todos, van a tocarle la luna de su casita, lo paran tocando, y etcétera de cosas, lo que es lógico, ya que el hamster es awwww. No niego haberlo hecho yo (es que es tan lindo) y sé que ninguno de mi salón le quiere hacer daño, es más, al llegar al laboratorio algunas personas nos preocupamos por ver si tiene comida suficiente y eso.

De todas maneras, los hamsters son animalitos que se asustan fácilmente y es comprensible que siendo tan chiquitos, se asusten con gigantes cerca, por más de que los estén mimando.

Al menos en mi salón quedaron encantados con el pequeño, sin embargo lo veo por la luna y su carita de "por favor sáquenme de aquí" me quiebra. Al agarrarlo se pone nervioso, sé que es normal pero ARGH, no puedo evitar sentir lgo de pena.

Sólo trato de no pensar en cómo lo tratan las demas personas del colegio, porque, claro, en mi salón todo normal, pero somos como 600 alumnos que pasan por ese laboratorio. Y siempre hay un loco insensible.

Crucemos los dedos para que no exista ese loco en mi cole. Si no, tendrá que enfrentarse a la venganza del hamster, la cual yo apoyaré.


PD: lo sé, son hermosos, pero también son frágiles. Recuérdenlo :)