viernes, febrero 27

Intento.

Un perro ladra, una suave brisa acaricia mi brazo. Estoy sola. Suena música clásica... es Mozart, estoy segura.

El perro no se calla y respirar para mí es cada vez más difícil. Tengo sueño y ojeras, cambian a Mozart por una salsa grotesca.

Una niña grita, una vez, dos veces, grita por tercera vez desesperada. Me dan ganas de patearla. Un niño se ríe, ella llora.

Mi cerebro se empieza a dormir.

El perro ladra.

Maldita sea.
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jueves, febrero 19

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de nuestro primer beso? Ayer me pediste el último.
Y no te lo di.

Te amo.

PD: ¿Y si nuestro último beso es igual que el primero?

miércoles, febrero 18

Peter Pan

Tengo una agenda guardada que usé en primaria, escribí en ella como si fuera un diario con la intención de poder leerlo luego de algunos o muchos años, y así recordar cosas que me hicieron reír o llorar.

Hoy abrí el colorido cuaderno y empecé a pasar las hojas, leí que un día había ido al cine a ver "Peter Pan" y, según lo que escribí, me "enamoré" del actor principal.

Yo vivo en un quinto piso y siempre esperada que Peter Pan apareciera flotando en mi ventana exactamente como lo hacía en la ventana de Wendy.

Siempre que me cambiaba de ropa cerraba mis cortinas pues era una niña pudorosa y no podía permitir que Peter Pan me viera sin ropa (mi ventana da al patio de mi cocina, así que es imposible que alguien de la calle pueda ver mi cuarto... a menos que pueda volar).

Recordé que cuando era aún más pequeña, me gustaba también el Peter Pan animado (vamos, admitamos todos que alguna vez nos hemos "enamorado" de una caricatura). Además, siempre me gustó la idea de un lugar en el que nadie crezca, lleno de hadas y su polvo que te hace volar.

Es obvio que ahora no tengo ningunas inteciones con el actor de "Peter Pan" ni con la caricatura, sin embargo me sigue gustando la historia (la versión animada es una de mis películas favoritas) y sigo esperando el día en el que conozca a Campanita.

"Amo a Peter Pan aunque a veces no me acuerdo ni de su cara".

Fue la última frase que leí, escrita hace por lo menos cinco años, y cerré mi agenda.

jueves, febrero 12

Patavips.

Siento que debo escribir sobre una corta, pero gran parte de mi vida. No sabía si llamarla Pataclaun o Patavips. Las dos palabras empiezan con “Pata” y tienen mucha relación, así que da igual y elegí Patavips.

Empezaré con el claun, fue algo maravilloso que descubrí porque se me ocurrió ir al teatro. Quería ver “Muérete cupido” con una amiga y para nuestra mala (o en realidad, buena suerte) no habían entradas. Entonces, como consuelo, nuestras mamás compraron entradas para “La santa Comedia” no iba a ser lo mismo, pero mi amiga y yo queríamos distraernos. Luego de ir al teatro, quedé fascinada, reí como no lo había hecho durante mucho tiempo.

Luego de un partido de basket, que fue un éxito para nosotras, sentí una pequeña molestia en mi rodilla. No importó. Luego de unos días: tratamiento. Luego de un mes: la temida y horrible frase “Tienes que dejar de jugar basket por un tiempo”.

Llegué un día caluroso al colegio y vi cerca a las escaleras un cartel. “Pataclaun, Escuela de claun e improvisación” Interesante. Ese cartel me llamaba la atención. En la tarde estaba corriendo al baño y pasó la profesora de teatro con folletos de Pataclaun. Le pedí uno.

“Tienes que hacer algo en vacaciones” dijo mi mamá. Lástima (o gracias al destino) que no podía jugar basket.

Listo. Aquí empieza todo.

El claun me pareció algo divertido, algo que (¿por qué no decirlo?) me enamoró. Empecé a tomarlo en serio, porque debe quedar en claro que el claun no es cualquier cosa. Conocí gente, gente con la que nunca imaginé que podría tener una amistad (¿segura?) así. Es que soy muy tímida y se me hace muy difícil soltarme con personas nuevas, sin embargo, con ellos lo hice. Tardé, pero lo logré. Los Patavips, poco a poco el grupo fue creciendo. Los quise mucho, muchísimo.

Yo me pregunto: ¿qué pasó con nosotros? o debería preguntar ¿qué pasó conmigo?

Sentí algo nuevo, algo que hacía que las cosas no fueran iguales. Y luego de un tiempo, me enteré que yo no era la única. Habían por lo menos cinco personas que se habían dado cuenta que las cosas no estaban bien. Y nunca lo hablamos. No entre todos.

Nunca nadie tuvo el valor de decir algo. Dijeron para reunirnos, y lo hicimos, juntos la pasamos bien. Pero creo que necesitábamos hablar.

O tal vez no. No lo sé.

Ya pasó tanto tiempo, y ahora me siento tan lejos de ustedes…

Y no sé si sea bueno volver, no sé si al estar cerca a ustedes, es decir, en el mismo techo, sienta esa barrera, que he sentido mil veces, que me pone a mil kilómetros de donde están.

Ya no es lo mismo.

O ya no soy yo la misma.

Me acuerdo de algunas cosas y me pongo a reír. Otras me provocan ternura. Lo cierto es que nunca olvidaré todo lo bueno que me dieron, todo lo que me enseñaron, y todo lo que me ayudaron. En mi colegio era muy distante, me sentía extraña. Y en ustedes me podía refugiar, era el grupo con el cual reía, conversaba, hacía tonterías, caminaba, comía, veía impro y lo más importante, hacía claun.

Las cosas han cambiado, han cambiado ustedes, he cambiado yo, y ha cambiado el grupo. Imagino que aún siguen riendo con las mismas ganas con que lo hacíamos antes :)


-*Esto está inconcluso. Lo tengo guardado hace como un mes en word y me da flojera terminarlo, aunque en verdad no tengo más que escribir. Sin embargo creo que no explico bien las cosas, espero no ser malinterpretada.

chau :)

domingo, febrero 8

Las miradas lo hicieron todo.

El doctor me lleva a un cuarto blanco. Claro, en ese lugar todo es blanco... me deja sola por un rato y luego entras tú junto a una chica ¡Vaya, parece una modelo! Yo estoy atada con una camisa extraña que no me deja mover, sentada en una silla y tu bella acompañante se para a mi lado con un aire de superioridad, con su mirada se compara y me dice quién de las dos es la más hermosa. Se apoya con una mano en el respaldor de mi silla, las dos estamos frente a tí y te miramos fijamente.

Tú nos miras, de pies a cabeza. Estas ahí parado y nos examinas.

Yo soy pálida, ella es bronceada. Yo tengo ojeras, ella maquillaje; yo tengo una camisa para locos, ella una blusa escotada; yo tengo celulitis, ella una minifalda.

Es obvio a quién vas a elegir, es imposible que te resistas.

¿Para qué vienes?

No sé por qué me reclamabas tantas cosas, no sé por qué me interrogabas tanto. Yo sólo te digo "No fui yo la que te falló". Podría abrir la boca para decirte algo, pero con la mirada basta, así te lo digo todo. Sé que no escucharías mis palabras, sé que sólo sentirás mi mirada.

Te acercas y le agarras la mano, la besas y alguien me dice "mátalos". Lástima que tengo ésta camisa que me aprieta.

Y tú, agradece que la tengo.



*no sé qué tenía en la cabeza cuando escribí esto.

lunes, febrero 2

Mary Cogan, sobreviviente a la 2da Guerra Mundial


El Jueves 15 de Noviembre del 2007 conocí a Mary Cogan o Mary Echnaiderch (nombre de casada), sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, alguien que sufrió desde pequeña por el hecho de ser judía. Estábamos en el colegio, y nos llamaron para ir al auditorio. Sólo tercero, cuarto y quinto. Qué suerte tengo de no haber sido de primero o segundo, creo que a ellos también debieron llamarlos.

Mary es de la última generación de los sobrevivientes de la Guerra, cuando ésta generación acabe ya no tendremos testimonios, por eso tenemos la responsabilidad de contar su historia.

Escucharla durante unas dos horas fue algo inolvidable, de hecho, pensé en titular esto "una experiencia inolvidable" pero me dí cuenta que estaría mal porque lo principal aquí es contarles lo que nos contó Mary, no lo que yo pasé en ese momento.

Bien, estábamos todos sentados en el auditorio, yo quería estar adelante para ver bien, pero estaba como en la décima fila, gracias a Dios que igual nadie me llegaba a tapar y podía ver bien. Era la única charla del colegio que en realidad me interesaba escuchar.

Nos separaron entre las promociones, nos mezclaron con los de cuarto y quinto para no hablar con los de nuestros salones, y estabamos intentado cambiarnos de lugar cuando entra Mary al auditorio. Estaba vestida de blanco, parecía un angelito, tenía cabello rubio y ojos claros. Todos nos paramos y aplaudimos, ella subió al escenario, y se sentó en una silla, frente a una mesa con un vaso de agua. Y empezó a hablarnos.

(Trataré de recordar algunas palabras exactas que nos dijo.)

Nos saludó y se presentó. Nos dijo que venía a hablarnos de lo que ella pasó en la guerra, nos dijo que hay personas que niegan el Holocausto, algo que ella vivió en carne y hueso, y hay gente que se atreve a negarlo.

"Si alguien les dice que el Holocausto no existió, por favor digan que sí. Digan que me conocen y que soy su amiga, si ustedes me lo permiten, y que yo les conté lo que viví en el Holocausto". Ella nos pidió que nunca dejemos que alguien niegue el holocausto, en realidad yo creo que la gente que lo niega sufre de una gran ignorancia y necedad.

Nos contó que la guerra empezó cuando ella tenía cuatro años, y que hasta ahora no entiende qué hizo ella a esa edad para merecer todo lo que le pasó. "Mi único pecado a esa edad a parte de no haber recogido algún juguete del suelo fue haber nacido Judía." Era de noche y ella estaba en su cama con una muñeca en su mano, escuchó ruidos fuera de la casa y se acurrucó entre sus sábanas. "Ya que todos los niños tenemos un lugar en donde sentimos que nada malo nos va a pasar" nos dijo Mary con una sonrisa.

"Mi mamá me dijo: Vamos a pasear" Mary tuvo que salir y su mamá le dijo que no podía llevar su muñeca a ese paseo. Cuando salió de su cása un alemán la miró, pequeña y tan sólo de cuatro años, y le dijo "Schwein Jüdisches" que quiere decir Cerdo Judío. "Felizmente cuando crecí recibí lindos piropos" dijo Mary y nos hizo reír.

Desde que salió de su casa ella tuvo que caminar junto a las demás víctimas, a eso le llaman "la caminata hacia la muerte" o "marcha de la muerte". Los alemanes obligaban a los judíos a caminar muchas millas sin darles nada que comer ni tiempo para dormir, estas caminatas los dirigían a unos campos de concentración en donde los encarcelaban y los obligaban a trabajar esclavizantemente, también estaban los campos de exterminio en donde se usaban hornos crematorios para matar a los Judíos y deshacerse de los cadáveres que salían de los campos de concentración. Mary caminaba junto a su mamá y sus dos abuelos maternos, su papá estaba en Perú por cuestiones de trabajo y le había prometido volver por ellos apenas pueda.

Mary nos contó que caminaban TODO EL TIEMPO, y si alguien dejaba de hacerlo, simplemente porque estaba cansado, los nazis lo mataban. La mamá de Mary le decía que camine, que no dejara de hacerlo porque sí podían salir de eso. "Tuve que aprender a caminar dormida" dijo ella. Me dolió escuchar eso e imaginarme una niña de tan sólo cuatro años pasando por algo así.

Uno de los días en los que Mary y su familia caminaban junto a otros miles de Judíos, su abuelo ya no resistía el cansancio y no podía caminar. Se paró un rato mientras que la mamá de Mary le rogaba que siguiera caminando pero un alemán le tiró un balazo y su abuelo cayó muerto. "Vi cómo murió mi abuelo". La abuela de Mary estaba desesperada pero antes de poder acercarse al cádaver de su esposo pasó un alemán y pateó su cuerpo botandolo al río. Mary, su mamá y su abuela tuvieron que seguir caminando.

Mary no tenía juguetes y mucho menos amigos, así que jugaba con sus piojos (está demás recalcar que los judíos contraían piojos además de enfermedades por falta de higiene y de alimento), "Mi piojito era mi único amigo" al oír que ella nos decía esto no aguanté y se me salieron las lágrimas. "Es verdad, yo jugaba con mi piojo, lo hacía saltar por mi brazo y cuando se cansaba regresaba a mi cabeza" nos decía sonriendo.

Sentí una ternura que no había sentido nunca antes.

En toda la caminata que los obligaban a tener no les daban alimento. Pasaban por lugares en los que los árboles daban manzanas, y estaban ahí listas para cogerlas y comerlas, pero los Nazis le prohibían a los Judíos coger si quiera una sola, y quien desobedeciera eso simplemente moría. No podían tener alimento gratis.

Desesperada por comer algo, la mamá de Mary vió a una mujer que tenía un pan y se lo pidió. Obviamente ella le pidió algo a cambio. La mujer que tenía el pan vió que la mamá de Mary tenía algunos dientes de oro, y le propuso darle UN PEDAZO DE PAN por sus dientes. La señora aceptó pero no sabía cómo darle sus dientes a la mujer que se los pedía "Eso no es problema, yo misma te los saco" dijo la mujer y con la mano se los arrancó. Mary recuerda a su mamá con la boca llena de sangre y con un pedazo de pan en la mano que ni si quiera sabía si darselo a su mamá o a Mary, o a cualquier otro Judío que pasara por su costado.

"Que gran coraje tenía mi mamá" Mary la admiraba mucho, por ser una mujer muy fuerte. Su mamá lejos de quejarse, sólo dijo "Ojalá tuviera más dientes de oro".

Admirable, ¿no lo creen?

A lo largo de esa caminata los nazis seguían sacando a Judíos de sus casas y cada vez eran más los que tenían que caminar. Los nazis decidieron matar a algunos antes de llegar a los campos de cocentración para que no "se amontonen". Crearon las llamadas Fosas Comunes, que son como un gran hoyo en la tierra en donde tiraban a MILES de cádaveres amontonados para luego enterrarlos. Hacían que los judíos se pararan al rededor de estas fosas para dispararles y que caigan muertos unos sobre otros.

Una mañana le tocó a Mary, a su mamá ya su abuela ir a una fosa común. Las obligaron a pararse justo al límite de la tierra como para caer en la fosa. Su mamá le dijo que cuando empiecen a disparar ella caiga y no se mueva hasta que ella le diga. También se lo dijo a su abuela y así quedaron. En el momento en que los nazis comenzaron a disparar ellas se dejaron caer sobre todos los muertos y estuvieron hasta la noche sin mover un sólo músculo. Estaban fingiendo estar muertas entre miles de cadáveres durante HORAS. En la noche pudieron salir y volvieron a caminar junto a los demás judíos que todavía no llegaban a las fosas.

Otra forma en la que los mataban era con las cámaras de gas que las hacían ver como cuartos de ducha. Los judíos entraban pensando que sólo tomarían un baño pero quedaban encerrados con el gas hasta morir. La mamá de Mary se dio cuenta de eso y ellas no cayeron en la trampa.

La abuela de Mary estaba enferma, tenía sarna (si mal no recuerdo). En un momento no pudo más y falleció. El frío empezó a ser tan fuerte que Mary tuvo que abrigarse con el cádaver de su abuela durante las noches (las pocas que los nazis les daban para dormir). Una noche su mamá le dijo "Despídete de la abuela" y Mary le dió un beso en la mejilla y jamás la volvió a ver.

Con el tiempo Mary fue creciendo, por lo tanto fue desarrollándose. "Mi mamá siempre me cuidó de eso" nos dijo luego de habernos contado que los nazis violaban a las chicas a plena luz del día delante de todos y las dejaban tiradas como si fueran basura. La mamá de Mary siempre la cubrió y la protegió de eso, y tuvo la suerte gracias a Dios de no ser violada.

Las mujeres embarazadas daban a luz en plena caminata y los nazis mataban a los bebés recién nacidos sin piedad. Mary solo escuchaba los llantos de los bebés. Nos contó que unos de los traumas que hasta ahora no puede superar, es el escuchar el llanto de un bebé. Cada vez que escucha a un bebé llorar siente una gran pena y por eso nunca deja que un bebé llore cerca a ella.

Los judíos tenían que subir a unos trenes que los llevarían a los campos de concentración. Como eran demasiados judíos, los trenes no alcanzaban y tenían que hacer la caminata hacia la muerte. Pero un día llega un tren y le ordenan a la mamá de Mary que suba en él. Ella le dijo a Mary que subiría al tren y que apenas éste se empiece a mover Mary debía correr lo más rápido posible para coger la mano de su mamá que saldría por la ventana.

A mí se me seguían saliendo las lágrimas pero escuchaba atentamente cada palabra que Mary decía. "¿Saben la desesperación que sentí al saber que si no corría lo suficientemente rápido jamás volvería a ver a mi mamá?" El tren empezó a moverse y Mary empezó a correr. "¡Mamá!" dijo Mary en el auditorio del colegio y estiró su brazo como si volviera a vivir ese momento. "Logré alcanzar la mano de mi mamá".

No sé por qué vi la cara de los demás, muchos lloraban.

Al bajar del tren entraron a un campo de concentración y decidieron escapar. Para cruzarlo tuvieron que arrastrarse por el suelo y pasar el alambrado del campo. Tuvieron la suerte y el coraje de poder escapar y al salir se encontraron con un barco que llevaba sólo a los niños fuera de la guerra, a Colombia si mal no recuerdo. La mamá de Mary le dijo que vaya en ese barco y que ella se buscaría otra forma de ir a Colombia, y que se encontrarían ahí. Su objetivo final era llegar a Perú, su papá antes de irse hizo que ella se memorizara su direccion "La Victoria ....." (No recuerdo toda la dirección).

Pero de todas formas Mary no quiso dejar a su mamá, le pidió quedarse con ella. Habían pasado toda una guerra juntas y no era para separarse al final. "Si moríamos, lo hacíamos juntas". Entonces su mamá buscó otra forma para llegar a Perú. O por ese momento, cualquier país fuera de la guerra.

Consiguieron otro barco en donde viajaron escondidas pero tenían el riesgo que les cayera una bomba. Gracias a Dios eso no sucedió. Cuando el barco llegó a Colombia se enteraron que el otro barco, en el cual iba a viajar Mary sin su mamá, tenía una bomba escondida e hizo que todos los niños que estaban ahí murieran.

"Le agradezco mucho a Dios" decía Mary. Tiene razón, no creo que haber pasado una guerra y seguir viva sea sólo buena suerte.

Mary llegó a Colombia y viajó en avión a Perú. Cuando el avión aterrizó y las puertas se abrieron ella no aguantó la felicidad que hace años no sentía y sin esperar que pusieran las escaleras para bajar del avión se tiró y salió corriendo a buscar a su papá. Cuando lo vio sólo corrió a abrazarlo llorando mientras que su mamá caminaba hacia ellos. Su papá le prometió no dejarlas solas nunca más.

"El Perú me dió vida" Mary creció entre la muerte, ella vivió el infierno en la tierra, y desde que llegó a Perú empezó a vivir. Aprendió español, estudió, se casó, hizo su vida aquí.

Mary nos dijo que obvió muchas partes de su vida porque son demasiado fuertes y no quería recordarlas. ¿Se imaginan cómo serán esas cosas demasiado fuertes? Si lo que nos pudo contar a mi me partió el alma. "¿Tienen preguntas?" dijo ella, pero yo no pude preguntar nada porque estaba paralizada. Quería saber todo sobre ella pero a la vez no sabía que preguntar.

Llegó la hora en la que tenía que irse y de verdad no quería que se fuera. Ella es una señora muy dulce, muy amable, y muy graciosa. Nos hizo reír en algunos momentos, y yo reía con lágrimas. Reí de ternura, porque esa señora tenía algo que me hacía sentir una ilusión de vida, una ilusión de niñez. Mary se veía muy inocente y a la vez se notaba que es una persona fuerte. Una persona que con su sonrisa te hace sonreír y llorar de emoción. Una persona que cuando se para frente a ti te das cuenta de lo insignificante que eres y de lo grandiosa que es ella.

Me puse a pensar en que mis problemas y los de mis amigos son demasiado tontos. Nos ponemos mal porque la persona que nos gusta no nos hace caso, porque el internet no funciona bien, porque no ganó nuestro equipo favorito, porque no nos dejaron ir a una fiesta, etc. HAY PROBLEMAS MAYORES EN EL MUNDO. Vaya, sólo agradezcamos que no hemos pasado una guerra, aunque claro, no estamos a salvo de eso.

Cuando salimos, muchos de nosotros nos acercamos a Mary y cuando pude hablarle nos abrazamos y le dije "De verdad la admiro mucho", ella me sonrió y me dijo "Gracias". Me miró con sus ojos que sólo transmiten paz y salí del auditorio con una sensación increíble.

Hay unos videos sobre los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, varios viven en Perú. Y todos dicen cosas como "Perú: la mejor comida, las mejores personas, el mejor país", "Quizás nací en Europa pero yo soy Peruano", "En el Perú encontré la vida", etc etc.

Me hace pensar en que Mary nos dió un ejemplo de lo que vivió en la guerra, sólo hay que darnos cuenta de que hay SEIS MILLONES de ejemplos.

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Hey esto sí que fue largo :)

Estrellita si llegaste hasta aquí, PLIN (*)