Sólo quiero poner algo en mi blog así que seguiré escribiendo cosas y cosas. Me propuse escribir sobre un libro que me ha gustado mucho, el cual nos mandaron a leer en el colegio, pero mm... no sé, lo haré luego :D
Escuché la bocina de mi movilidad y bajé las escaleras de la casa de mi abuela (sí, porque antes de ir al cole voy allá), subí a la camioneta con mi cuaderno de trigonometría en la mano, pues tenía que tomar examen y no había estudiado el domingo porque tenía una cita con la televisión a las 10 para ver el Francotirador. Sólo tenía que estudiar la famosa palabra SOHCAHTOA así que el estrés no estaba presente en ese momento.
Delante de mí se sientan todos los niños de primaria, María Fe, qué está en segundo, dijo "Yo tengo mi propia playa". Con la típica mirada de la típica niñita que inventa cosas para quién sabe qué. Mayeli, que está en pimero, le dijo "¿de verdad?" con la típica mirada de la típica niñita ingenua que se cree todo. "No te creo" bueno, no tan ingenua. "Yo sólo tengo una piscina en mi casa" agregó Mayeli. "¡Es verdad! además yo tengo 10 piscinas en mi casa" dijo María Fe que estaba indignada. Era hora de recoger a Alexis, que está en primero, siempre nos mira (a mí, a Sofía y a Grecia, amigas de la movilidad) con cara de querer matarnos, nos enseña los pocos dientes que tiene gruñiendo y nos hace reír, sin embargo, creo que sus gruñidos no son broma.
María Fe seguía hablando de su propia playa y sus 10 piscinas y a Alexis no le importó (típico comportamiento del típico niño que no le interesan las cosas de una niña), no recuerdo muy bien de qué empezó a hablar pero a Mayeli le interesó más que a María Fe, Alexis tiene una voz muy parecida a la de un muñeco de cuerda, me gusta escucharlo cuando habla, y también a Mayeli. A María Fernanda no mucho.
Llegamos al colegio, oh no. Noté que me interesó más la conversación de los pequeños de la movilidad que trigonometría, pero seguía calmada, S O H C A H T O A ... vamos, no es tan difícil.
Formación como todos los lunes, estaba lloviendo, lo que significa que no podemos dejar las mochilas en el suelo, así que tenemos que tenerlas encima durante toda la formación. La miss de inglés abrió mi salón y nosotros quisimos entrar pero no nos dejó, ¡qué descaro! nada le costaba dejarnos entrar (como no es ella la que lleva una mochila encima). Bueno, qué importa, con mochilas encima y todo nos formamos en fila para esperar la escolta, la cual, creo que por primera vez en este año, era sólo de quinto. Himno del colegio, himno nacional, y mi parte favorita: la sargento (profesora demasiado genial llamada así durante años) hablando. Nos habló de la campaña que realiza CTA para cuidar el medio ambiente, implica que cada lunes los salones reciben una bandera verde, roja o negra, y es colgada en la puerta. La verde significa que el salón estuvo limpio los cinco días de la semana, la roja que sólo algunos días, y la negra, bueno es un poco obvio.
Recibimos bandera roja, ningún salón tuvo negra, eso creo. Y pocos salones obtuvieron verde. Yo quiero esa bandera, no por ser sobona, no por ser competitiva, sino porque me cuesta creer que algunas personas de mi promo son tan cerdas para dejar el salón como a veces queda.
El subdirector nos avisó que apartir del martes todos podíamos ir en buzo debido al frío, aparecieron caras de alivio, pues esperábamos ese anuncio hace días.
La formaciónde la semana pasada tuve que salir porque me dieron ganas de vomitar, larga historia, pero esta entrada sólo trata de esta semana.
En fin, clase de inglés, laboratorio de inglés, trigonometría. Pedí mi examen porque, creo que no lo mencioné, yo tenía que recuperarlo ya que falté el día que se lo tomaron a todo el salón. El profesor me dijo que me lo tomaría en la hora de religión porque no había tiempo en ese momento, dos chicos de la católica habían ido para una charla / dinámica vocacional. Me encanta esto de quinto, perdemos tantas clases.
Llegamos al salón llamado sala de proyecciones y nos divideron en grupos. Vimos una escena de Billy Elliot y nos preguntaron qué debíamos hacer si nuestros padres no nos apoyan en la carrera que queremos, no me preocupa eso, mis papás me apoyan en todo. Quiero estudiar Literatura, y no me hicieron problema (quizás porque quiero estudiar dos o tres carreras más, pero empezaré por Literatura). Luego tuvimos que ver fotos de profesionales y elegir a la persona que es más feliz, elegimos al escritor, pero generalizamos a los artistas. Sin embargo, quien es feliz es quien sigue lo que le gusta. Jugamos a los dardos, yo perdí, para variar. Comimos dulces y los clasificamos del más rico al más feo, el chocolate fue primero, las aceitunas fueron últimas (¿qué hacían ahí?). Nos dijeron que la carrera que sigamos debía ser como el chocolate mmm. A Franco no le gusta el chocolate, bien, quizás para él su carrera deba ser como la pizza.
Perdimos el recreo por esa charla / dinámica. Estuvo bien, fue entretenido.
Tocaba sociales, esa clase me agrada, no porque ame el curso ni porque sea buena en él, pero siento que la miss hace la clase simplemente amena. Nos hace trabajar sin estrés y ya no me aburro tanto con la historia como antes, además yo sentía que ella me odiaba, pero últimamente me trata mucho mejor, y eso me da confianza.
En el segundo recreo saqué mi manzana porque es lo único que puedo comer por la dieta que tengo (debido a mucha comida chatarra en el hígado), salí del salón y les conté a Valeria y Gabi por qué no salí al recreo, ya que a ellas todavía no les había tocado ir a la charla. Tocó el timbre para religión, debía tomar trigonometría así que le pedí permiso al profesor Rogel, es buena gente, me dejará salir. MENTIRA, me dij que tomaría evaluación y debía quedarme. Sin embargo, reafirmo, es buena gente, así que habló con el profesor de trigonometría para que me tome el examen mañana.
Religión es igual a poder cambiarnos de sitio. "¿Chata dónde nos sentamos?" atrás atrás, en la última carpeta. Caray, está ocupada, pero ya se desocupó el sitio de Marcelo. Me siento con la chata. El profe nos hace copiar un cuadro y mover las carpetas a las paredes, por gusto hicimos tanto rollo para sentarnos juntas. Jugamos cadena (algo parecido a chapadas) y luego charadas.
Nada más por ese día, tomé el micro naranjita que me lleva a mi casa y me entretuve de una que otra manera, hice algunas tareas, tomé un baño, vi tele, me lavé los dientes, me dormí y esperé de nuevo a la bocina de mi movilidad.
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Pensaba escribir sobre TODA mi semana, pero mi mamá me bota de la computadora así que sólo me alcanzó para el lunes. Quizás mañana lo termine.