Nunca pensé que fuera tan difícil despedirse de los profesores de mi colegio. De los que quiero, claro. La mayoría son geniales. A la mayoría extrañaré.
Menos a la de inglés.
¡CHAAAAAAUUUUUU LOOOOOCAAAAAA!!
:)
El viernes fue el relevo de escoltas, que quiere decir que la escolta de quinto pasa a ser la ex –escolta y es reemplazada por la de cuarto. Esto implica que mi promo, quien llevaba la bandera nacional y la del colegio, se las entrega a cuarto, como una responsabilidad que les toca a ellos en el 2010.
¿Saben? Al entregarles las banderas, más de uno de la promo, estábamos diciendo “No se la den, no se la den”. Vi cómo Adriana le entrega la bandera del colegio a no me acuerdo qué chica de cuarto, sus ojos se ponían llorosos.
Esta ceremonia es el momento en el que se le despide a quinto, nuestra escolta se despide de nosotros: uno por uno. Cada uno de ellos escribe palabras que son leídas por un profesor, mientras ellos reconocen a cuarto como la nueva escolta.
No pude evitar grabar esa parte (perdón a los que no salen, no pude grabar todo, por eso también algunas partes están cortadas y no se oye bien):
(Escribiré lo que logro entender de los videos, porque está algo difícil)
Gabriela Aranda:
Hoy se acerca el fin de una etapa que marcó nuestras vidas, y es que todo lo que hemos vivido no ha sido en vano. Hoy podemos estar seguros que vamos a lograr todo lo que nos propongamos y que los amigos que hemos hecho hoy nos seguirán apoyando, como lo han hecho desde que pedimos un borrador.
Tiffany Gushiken:
Yo quisiera decir que es un orgullo estar en la escolta y espero que lo que nos siguen lo hagan mejor que nosotros. Para mí, formar parte de la escolta al comienzo era pesado, y ahora lloro para no dejarla, como a todo mi colegio.
Stephanie Rodriguez:
Ha sido para mí, una de las experiencias más memorables estar aquí, pero más que formar parte de la escolta, ha sido compartir vivencias, retos y sobre todo fraternidad. Por eso espero que la siguiente promoción valore su tiempo juntos, porque aunque nos duela, esto no es eterno.
Ximena del Rosario:
Hoy se acaba una etapa de nuestras vidas, una muy importante para nosotros. Ser parte de la escolta ha sido una vivencia muy especial y que, de seguro, jamás olvidaré. (Ximena me dijo que luego venía “más que una promo, una familia”, pero no sé por qué lo cortaron)
Abanderada 2009, Adriana Oneto:
Muchas gracias por cada uno de los momentos que juntos hemos podido compartir desde pequeños. Nunca los olvidaré, suerte a todos. Y para los demás, disfruten el colegio a más no poder. Nunca dejen que la vergüenza o el rencor se lleven lo mejor de ustedes.
Y que recordaré siempre con mucha alegría. Y por ello, quiero agradecer infinitamente a todos nuestros profesores.
Mario Tejada:
Quiero agradecer a Dios, por haberme dado esta oportunidad de formar parte de todo esto. Y en especial, porque los recordaré con gratas experiencias junto a mi promoción. Me he dado cuenta durante este año que no sólo aprendí cosas nuevas, sino que gané momentos que quedarán marcados en mi vida para siempre, junto a mis verdaderos amigos.
Eduardo Rivera:
Es verdad, me siento orgulloso de pertenecer a esta promoción, la cual me enseñó el verdadero significado de la amistad. Me voy alegre de haberlos conocido a todos ustedes. Gracias por todo, promoción 44.
Renato Lescano:
Larga ausencia en este deber, difícil será olvidar el salir en las formaciones y cantar el himno con mis compañeros, al menos en las últimas tres semanas que he participado. Promoción 44 esta despedida no es un adiós para siempre, aunque lo parezca. Con honor, diré que nuestra promoción fue, es y será la mejor. Y nadie lo puede negar.
Luego Carlos, abanderado 2009, dio su discurso:
(Soy la persona más tonta del planeta, accidentalmente borré la primera parte del discurso… sin embargo puedo recordar algo: Dijo que primero se negó a hacer el discurso, que le habían dicho que tenía que decir lo que sentía sinceramente en ese momento. Y que lo más sentía era fraternidad. Habló de cuando éramos pequeños y estábamos en inicial, todos queríamos entrar ya al “colegio grande verde”, que era primaria… Y así lo hicimos…)
Y pasamos una etapa. La etapa de conocer nuevos profesores, nuevas vivencias y dejamos nuestra huella impresa. Luego, al colegio grande azul, que fue secundaria. De nuevo, les digo, dejamos una huella impresa. Pero ahora, estamos ya muy cerca del final, damos un paso y se acabó. Se van a cumplir 13 años desde que llegamos acá. 13 años, casi más de 160 meses… con ustedes. Y los he disfrutado a más no poder… con todos ustedes. De verdad, es para mí un honor pertenecer a esta promoción y a esta escolta.
(cortado T___T) Dependerá de cada uno. Cada uno sabrá, ingresará a la universidad, será trabajando, será apoyando: lo decide cada uno. Pero yo sé que como promoción 44, a cada uno, les irá bien. Como yo la dije, todos ustedes son mis hermanos. Por eso espero ver algún día, tal vez un presidente Guzmán, tal vez una abogada Rodriguez… tal vez vea a una abogada Corzo o a un marino Sotomayor. Pero me sentiré orgulloso, siempre, de todos ustedes, porque son mi promoción, mi gente. Mi promoción 44, y aprendí con todos ustedes a estar juntos, como hermanos. El colegio es (¿?) de verdad, mi misión franciscana ha tenido éxito.
Y ahora, solamente a un paso del final, uno sólo. Y vuelvo a pensar en el comienzo: ya no habrá más una lista donde veamos con quién nos tocará este año, ya no habrá más los grupos con que juntarse dentro de la escuela. Solamente espero que esta no sea la última vez que los veo a todos ustedes. Sé que no será así. Me siento muy honrado de ser parte de esta escolta, y de esta promoción.
- Fin :)
Y sí, algo muy cierto que dijo Carlos: Estamos a un paso del final, uno sólo. Y vuelvo a pensar en el comienzo...
Aún recuerdo mi primer día en inicial: Mi polo blanco con el nombre del colegio, mi botón morado cosido en él, pues por colores nos ubicaban para las movilidades. Mi mamá me fue a dejar y me recibió la Miss Carmelita, me colgó del cuello un cartelito de color naranja (sí, lo recuerdo perfectamente) que decía mi nombre. Entré por ese pasadizo. Sola. Con mi lonchera en la mano. No tenía miedo, no ese miedo que tengo ahora al estar entre gente nueva. Sólo tenía curiosidad. Algo de nervios, muy pocos.
No sabía todo lo que se me esperaba.
Conocí a tanta gente, hice tantas cosas. Nos hacían dibujar, cortar, colorear mucho. Nos encantaba ir a los estantes que tenían baldes con pelotas, yases, plastilinas. ¡Y los juegos! Mariella y yo siempre nos escondíamos luego del recreo en ellos, pues queríamos que el recreo sea eterno. No había día en que las profesoras no tuvieran que ir a buscarnos. Recuerdo que había en una esquina del pequeño patio, una zona un poco resbalosa: para nosotros era la pista de patinaje. Y cerca de ella habían plantitas, hormigas, chanchitos.
Y mi primer día en el colegio grande verde… mi mamá toda la mañana diciéndome “Te vas a 1ero A, acuérdate Aixa, 1ero A”. Y llegué con mi mochila de ruedas, directo al salón del primer piso de la esquina izquierda. Conocí más gente.
Nos sentábamos en grupos de seis. En medio de la clase jugábamos a las escondidas, chapadas, o cualquier otro juego que se nos ocurriese. Luego, la temida anotación con lapicero rojo en la libreta: casi todos los días llevaba una. Acostumbraban a sentarme entre chicos porque era “muy conversadora”. Ajá, como si eso hubiera sido la solución. Eso no le impide a nadie jugar, hablar, o cambiarse de sitio.
Y en cuarto, amábamos el salón alfombrado. En la lonchera peleábamos por la única escoba para limpiar la zona de nuestro grupo (ya que sólo con manos no se puede limpiar una alfombra). ¿Por qué lo hacíamos? Creo que el grupo más limpio tenía un premio… ¿o el más cochino se quedaba sin recreo?
En los recreos separaban hombres de mujeres, nadie sabe por qué. Sin embargo, algunos de nosotros teníamos un juego de chicos contra chicas ¿Se acuerdan? Había una cárcel que era la escalera y ahí encerrabas a los otros. Si una profesora aparecía teníamos que ayudar a los chicos a escapar porque estaban en el patio de chicas y nadie quería que los botara.
Inolvidables recreos. Inolvidables chapadas, escondidas, sardina enlatada y etc de juegos. Inolvidables los chicles de chicha que comprábamos y masticábamos a escondidas en horas de clase. Inolvidables las salchipapas que eran nuestro mayor deseo a la hora del recreo.
En quinto dejamos de sentarnos en grupos. Empezamos a sentarnos en carpetas de dos. Cambiaron el uniforme y el buzo. Estaba mucho más bonito: la chompa azul por una ploma, las zapatillas blancas por negras, la falda con tirantes por una sin ellos, la casaca azul con blanco por una azul con plomo. En sexto, éramos los más grandes.
Recuerdo las olimpiadas, las gimnasia rítmica, el talent show, los paseos de primavera (sí, al remanso), los días de laboratorio de inglés en los que siempre decíamos “video, video”, los slams, las guerras de papeles y borradores, la miss Milka que amaba a Ibañez, la miss Carmen que nos tiraba la tiza en la cara si hablábamos, el esperado “alisten sus cosas para la salida”, el famoso “autocontrol”, el timbre de recreo que nos obligaba a quedarnos inmóvil y recoger la basura más cercana para llevarla al tacho, las caídas y heridas ocasionadas en los recreos, la enfermería con Angie, el líquidito morado que siempre nos ponía en toda herida, el profesor José Luis Ojeda y su forma tan peculiar de tomar la lista, la leyenda del payaso malvado (¡qué San Antoniano no la conoce!), las tablas de multiplicar, la miss Charito recontra coqueta, el profesor César Vásquez con sus anécdotas, los juegos de informática con el que todos nos enviciamos, las ganas que teníamos de ir al gimnasio en educación física, las salidas del cole por el medio ambiente, las visitas a las fábricas, como las de Chizitos o la de Coca Cola, los talleres que nos obligaban a cambiar cada trismestre, las notas AD, A, B y C, las reuniones de noche, las fiestas en los que todas las chicas se sentaban en un sofá y los chicos en el otro, las botellas borrachas que casi nunca funcionaban, las parejitas de una semana, las parejas que nunca se hablaban, los sprays de la tienda de bromas, el evento “amemos lo nuestro”, nuestro color naranja en olimpiadas…
Y de pronto, estábamos en el colegio grande azul ¿no?
Ahora éramos los más pequeños. Llegaron las porras, profesores totalmente distintos, los exámenes semanales de los miércoles, la feria de ciencias, los paseos de primavera en ropa de calle.
En primero me hice muy amiga de Marita. Y en el relevo de escoltas de ese año, me senté al lado de ella. Como en toda ceremonia, el estado mayor debe pedir permiso al director (a) para empezar y para retirarse. Para esto, debe mover un palo blanco de arriba hacia el costado. Marita se burló de ellos y me dijo “jajaja están diciendo Chau”. Lo sé, no suena gracioso. Pero las dos nos reímos como tontas, como siempre lo hacemos ;) Y así, el siguiente año en el relevo de escoltas lo recordamos, y nos volvimos a reír.
Y, en los dos siguientes relevos de escolta que vi, me acordaba de ese momento con Marita. Y volvía a sonreír.
Este año, Marita fue parte del estado mayor. Y fue ella quien movió el palo blanco de una manera graciosa, y fue ella quien decía “Chau”.
Este viernes, yo llegué en la mañana y las chicas de mi promoción que cogían las banderas estaban todas peinadas con una cola y un lindo lazo rojo con blanco, las de la escolta tenían trenza francesa y, por supuesto, su lindo lazo rojo con blanco. ¡Se les veía tan bonitas! A todas :) Ya iba a comenzar la ceremonia y de pronto pensé “Mierda, ya llegó el día, después de tantos años”
Y, retomando de nuevo el discurso de Carlos, repito (de nuevo) la frase del discurso: Estamos a un paso del final, uno sólo. Y vuelvo a pensar en el comienzo…
No pude evitar acordarme de todo lo anterior. Durante esos 13 años nunca pensé en el final, lo veía tan lejano. Es más, ni si quiera lo veía, supongo que mis subconsciente consideraba esto como algo eterno. Simplemente nunca lo pensé. Y ahora... estábamos todos ahí, diciéndonos “Hasta pronto”. Eso me chocó. Me chocó esa frase del discurso porque, estando en el comienzo, nunca antes había pensado en el final, y de pronto, como un golpe duro de la vida, estoy en el final...
pensando en el comienzo.
Y hace poco muchos de nosotros entrábamos a una universidad para dar un examen… el primer examen de una nueva etapa. Una que no será nunca como esta que se nos va.
Terminó la ceremonia luego de un fuerte grito que pronunció “Y por última vez: ¡escoltas rompan filas! Viva el Perú. Viva el Colegio San Antonio de Padua. ¡Viva la cuadragésima cuarta promoción!”
Y, pasado un rato, las escoltas salieron haciendo un trenzito por la música que la banda tocaba. Se acercaron muchas chicas y vi muchos lazitos rojos con blanco que se juntaban. Luego vi muchas caritas rojas y muchas lágrimas. Abracé a algunas de mis amigas.
Hubo una foto de promoción y nos tomaron examen. (Sí, nos tomaron examen, y a nadie le importaba).
Me da miedo terminar algo que ha sido prácticamente mi rutina de vida entera. Me da miedo comenzar la etapa que realmente me dará responsabilidades, en la que tendré que madurar más rápido y hacerme más fuerte. Me da miedo comenzar una etapa que sé que no será mejor que esta que estoy acabando. Y no es por ser pesimista, es que no necesito vivirla para recién poder decir “el cole fue mejor”.
“Pero vienen cosas mejores”. Lo sé, es parte de crecer y vivir. Es aventarnos a un abismo y disfrutar muchas cosas también. Todos, cada uno de nosotros como promoción 44, vamos a triunfar y tener experiencias y emociones nuevas. Algunas buenas, otras malas.
Pero díganme ¿Dónde encontraremos una Sargento como la que nosotros tenemos? ¿Un profesor y padrino Cubito? ¿Un profe Raez, un Cejota, una miss que ame a Ibañez, un Gian Carlo Rocca, un "teacher"?
Los profesores, los guardianes, los señores de limpieza, el comedor, las enfermeras, el regente, lo arcos maltratados, el coliseo, y ustedes: todos hicieron que estos 13 años sean algo especial.
Sobre todo ustedes, querida promo 44.
Y ahora, con una gran mezcla de miedo y muchas ansias, me preparo para algo nuevo de la vida. Y guardo en mi corazón algo que nunca nadie me podrá quitar :)
Y colorín colorado.. el colegio se ha acabado.
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PD: quería mencionar que me ENCANTA nuestra casaca de promo :) es linda.
PD 2: Con orgullo y con valor mano en mano marchaaremos en la senda del honoor, por grandeza de nuestra patria! ¡Aveee, oh suelo mío! tierra de santos gloriosos provocando santidad ¡ave! héroes nuestros, gestores de la libertaaad.
PD3: aunque está implícito en la entrada, debo decirlo: los quiero mucho. Está bien, ¡demasiado! ;)
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Es la continuación de la primera canción, simula ser un concierto. Una de las tantas composiciones de Lennon y McCartney, escrita para Ringo y cantada por él. Es una conversación entre Ringo y un grupo de gente, que serían los otros 3 Beatles:
Do you need anybody?♪ Helter Skelter
Otra del White Album, una canción bastante interesante, considerada la primera canción de heavy metal o rock pesado (ustedes decidan). Es bastante buena y aceptada por el público, mas tuvo un rechazo por el asesinato de Sharon Tate por Charles Manson.
Charles Manson es el criminal maestro de Estados Unidos, y planeó varios asesinatos, entre ellos el de Sharon Tate, el más horrible de todos. Actriz famosisíma, ícono de la belleza en los 60s vivía llena de plata por lo que Manson decidió asesinarla, estando ella embarazada. En su vientre escribió "war" con un cuchillo, y en la refrigeradora escribió con la sangre de Sharon "Healter Skelter" (sí, mal escrito) pues pensaba que el White Album era el quinto evangelio y dijo en su juicio que se inspiró en esa canción para armar el crimen. Además declaró que "el profeta" Lennon le abía hablado en sueños, y que Manson era el quinto Beatle, quien debía sacrificarse para cumplir otras misiones.
♪ PiggiesMás del White Album... y más de Charles Manson. No sólo escribió "Healter Skelter" en la refrigeradora de su víctima, también escribió "Death to Pigs" con su sangre en la pared su casa. La canción fue escrita y compuesta por George Harrison, es bastante dulce y es fácil reconocer lo que pudo interpretar Charles Manson acerca de ella: habla de unos pequeños cerditos que viven una vida difícil, humilde, mientras otros cerditos grandes viven una vida de lujos y no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor y, por eso, lo que necesitan es un buen golpe.
What they need's a damn good whacking.
Obviamente los Beatles no tenían nada que ver con Charles Manson, imagínense cómo se sintieron con todo eso.
Dato: Marylin Manson mezcló la belleza de Marylin Monroe con lo criminal de Charles Manson en su nombre artístico.
♪ I am the Walrus
Otra canción interesante, compuesta por John Lennon. Una canción stone, pastrula, volada ¿Por qué?
Empezó a correr un mito que contaba que Paul McCartney estaba muerto y que los demás Beatles no querían dar la noticia de frente sino darla a conocer mediante pistas. Esta es la razón por la que todo el mundo comenzó a buscar pistas en portadas, canciones, películas Beatle, y como todo paranóico, encontraban cosas que podrían considerarse pistas como que en la canción Let it Be en el minuto 1.07 se escucha que Lennon susurra "Paul is dead", entre otras "pistas".
Así, un profesor envía una tarea que trataba sobre descifrar los secretos ocultos en la canciones de los Beatles (ojo: no analizar las canciones, sino encontrar los secretos ocultos) por lo que un alumno le escribió a Lennon y él quedó fascinado con la idea de este profesor. Lennon decide crear la canción indescifrable, la más confusa de todas, aquella que después de un siglo nadie la entienda pero a todos les siga interesando. De ahí surge I am the walrus.
Tras escribirla Lennon dice "A ver si pueden con esta":
I am the eggman (soy el hombre huevo)
They are the eggman (son los hombres huevo)
I am the walrus (soy la morsa)
¿Ustedes qué opinan?
♪ Wait
Considerada una de las mejores composiciones del Rubber Soul, por Lennon y McCartney, quienes dejan todo su esfuerzo en esta pieza. Iba a pertenecer al álbum Help! en primer lugar, sin embargo la grabación no quedó como querían (ellos hacían muchas muchas tomas) y como ningún material Beatle era desperdiciado, quedó guardado hasta las ventas Navideñas y encontró un lugar en el querido Rubber Soul.
♪ Run for your life
Composición y letra que muestran (una vez más) la genialidad de Lennon, aunque él dice que es su canción Beatle menos favorita, mientras George Harrison la considera una de las mejores del Rubber Soul. Nuestro genio sacó a la luz su carácter pesismista, como en más de una canción (busquen Getting Better si les interesa), pues habla de su incomodidad ante una relación amorosa. La canción tiene un tono bastante amenazante,
Ustedes júzguenlo:
Well I'd rather see you dead, little girl (prefiero verte muerta)
Than to be with another man (a que verte con otro)
You better run for your life if you can, little girl (mejor corre por tu vida, si puedes)
Hide your head in the sand little girl (esconde tu cabeza en la arena)
Catch you with another man (te atrapo con otro hombre)
That's the end'a little girl (y será el final)
Ya quiero irme del cole.
Lo pienso y lo pienso y no sé por dónde empezar. Son muchas cosas que decir, muchas emociones que tengo.
(...) (...) (...)
Casi todos los que me conocen, y todos los de mi colegio, saben que he jugado basket por muchos años. Algunos saben por qué razones lo dejé. Pocos saben todo lo que influyó este deporte y el equipo al que pertenezco en mí. Y sólo nosotras, chicas, y nuestro entrenador sabemos cuánto se puede amar al basket y, más aún, al equipo.
El equipo se empezó a formar desde que teníamos unos 7 años. Nos íbamos conociendo y las cosas iban cambiando. Nunca sentí tan cerca el momento que vivimos el 14 d agosto juntas: nuestro último partido oficial. EL último.
Como ya dije, ya dejé el basket, sin embargo trato de ir a los partidos porque es algo que, de corazón, no puedo dejar. Ni a mis hermosas chicas, ni a esa emoción del basket. Así que, falté a mi academia para poder ir a este partido. Partido el cual consideramos importante y especial: último ADECORE juntas, pues las de quinto ya nos vamos. Y, aunque queden las demás, como dijo Dianita, no será lo mismo. Es cierto, tenemos que ser todas, pero aún así, sé que sin las de quinto harán el mejor papel de sus vidas.
Llegamos al María Auxiliadora y entramos a los camerinos antes de que empiece el partido, rutina de toda la vida. Yo llevaba mi polera plomita del equipo orgullosa de ello, y es que a pesar de no jugar basket, sigo siendo del equipo, y ellas me hacen sentirlo.
Ellas se cambiaban y peinaban, yo me peinaba. Bromas, risas.
Era momento de escuchar a la capitana, y todas nos sentamos en las banquitas o en el suelo. Como siempre, charlas sentimentales en camerinos. Lilimar dijo algo muy lindo, nos agredeció a todas, no dijo exactamente por qué, sólo agradeció. Y con eso fue más que suficiente, el mensaje estaba muy claro. Miércoles... era el último partido. Dieron indicaciones en su ataque, defensa, y dijeron que jugarían bonito.
Salimos a la cancha, ellas empezaron a calentar y yo me quedé sentada en la banca, porque aunque no esté inscrita en el campeonato, yo me puedo sentar con ellas (envidiénme XD). Estaba sola y eso me dio tiempo para pensar. En esa misma cancha en la que estábamos, hace años, Lilimar se había dislocado un dedo, yo me había manchado mi uniforme por la regla, le habíamos ganado a Villa Cáritas 53 - 52 con una trica de último segundo, habíamos reído y llorado.
No sé bien qué era lo que sentía... o lo que siento ahora. Es una mezcla de pena porque no quiero que todo ese mundo acabe, es alegría porque estoy segura de que no existe otro equipo como el nuestro, y tengo mucha mucha suerte de haberlo encontrado. Es impotencia de no poder retroceder el tiempo y volver a vivirlo todo. Son ganas de hablar con Dios y ponerme como niña caprichosa rogándole que, por favor, no deje que esto acabe nunca.
Las veía calentar y me di cuenta de que nunca había pensado en que algún día tendríamos un último partido, y si lo hubiera hecho, me lo hubiera imaginado de otra manera. Es decir, me arrepentí mil veces de no estar ahí con ellas en la cancha. Y además, me hubiera gustado que nuestro entrenador oficial sea Juan Pozo y no el que está ahora. No tengo nada contra el profe nuevo, pero que el colegio lo contrate no quiere decir que sea parte del equipo. Nuestro verdadero profe estaba sentado en las tribunas, oh por Dios. Vino a vernos, qué ternura.
El tiempo empezó a correr junto al partido. La verdad jugaron muy bien y llevaban, generalmente, la delantera por pocos puntos. Lamentablemente el Santa Úrsula nos empezó a ganar en los últimos minutos, faltaba como 1:29 min cuando piden un minuto y escuché como Andrea Zapata le decía a Adriana "concéntrate, Adriana, concéntrate" "Tenemos que ganar, nosotras somos mejores que ellas". Sin embargo el partido quedó 47 - 41 a favor de SUR.
Empezaron las lagrimitas, aquellas que muchas veces he visto derramar. Este partido era para definir el 3er puesto, y sentí la impotencia de todas de no haberlo ganado, de no haber peleado por el primero, de no haber logrado la medalla. Me sentí un poco mal. No estoy segura de quiénes hablaban, pero escuchaba frases como "nosotras lo merecíamos", "nos hemos esforzado durante años", "debimos ganar", "debimos ganarle al La salle" (perdimos contra La Salle y por eso jugaban por el 3er puesto, La Salle jugó por el primero contra el Carmelitas). Sí, es cierto, pensé: nosotras nos lo merecemos. Quizás no seamos el único equipo que lo merezca, pero simplemente siento que somos el mejor equipo. Y hay cosas externas que muchas veces nos han debilitado, sin embargo, son cosas de un equipo.
De nuevo habló la capitana: "Chicas, esto no se trata de ganar. Se trata de divertinos. El deporte es algo recreativo, no hay por qué llorar. Jugamos basket porque nos gusta" Fue algo así. En fin, es la idea. Ella tiene razón, el basket es una de las tantas razones que nos mantuvo unidas. El basket hizo que pasemos por emociones increíbles.
Y, a pesar de haber pasado el partido en la banca, se me salieron algunas lágrimas y todas juntamos nuestras manos y gritamos por última vez "SAP".
Luego que de que nuestro profe, que nos quiere tanto, se haya ido del cole, nos envió un correo muy lindo a todas nosotras que mostraba su preocupación de haber visto que el equipo estaba muy mal. Un día fue a vernos jugar y ¡oh, sorpresa! sólo habían dos jugadoras. ¿Qué pasó? ¿Por qué ya no estaban esas ganas de jugar basket? Es que lo extrañamos profe...
Gracias, no sólo por tan lindo correo, sino también por preocuparse por nosotras por cariño y no por trabajo.
"pero chicas la verdad me molesta ver que simplemente están dejando que el tiempo y terceras personas les gane la batalla contra el deporte que tanto aman.... como les dije, no conozco los detalles de porque no se quedan a entrenar o porque no quieren ir a los partidos... y etc etc etc de situaciones que he escuchado respecto a ustedes.... pero chicas si hay algo que siempre les dije es que este deporte es hermoso, ustedes lo saben es algo lindo que en cuarenta minutos pueden suceder muchas cosas maravillosas creadas por ustedes en un campo de juego..... no dejen que muera el deporte... no dejen que muera "EL EQUIPO" ese equipo que nos costó tanto trabajo lograr.... no dejen que simplemente por cuestiones externas eso desaparezca.... ustedes pueden hacer muchas cosas solas, como deportistas y como personas.... PERO JUNTAS COMO EQUIPO....YO LO HE VIVIDO CON USTEDES, PUEDEN HACER MARAVILLAS!!!! sigan haciendo maravillas por la camiseta que tanto quieren.... para las señoritas que estan en su ultimo año escolar VAMOS TERMINEN EL COLEGIO LOGRANDO COSAS IMPORTANTES!!! y por favor chicas... en serio.... NO DEJEN QUE NADIE LES QUITE ESO QUE NOS COSTO TANTOS AÑOS LOGRAR..... "
Esa es una pequeña parte del correo enviado, el cual me arrancó una que otra lágrima.
Gracias profe, me ha enseñado muchísimas cosas.
Nunca las olvidaré chicas, ustedes han sido lo mejor de todo. En serio.
Y nunca olvidaré el 8 que ha estado en mi espalda durante tantos años.
Firma desde su humilde hogar el 8 sanantoniano :)
PD: me gustaría recalcar esto: solas podemos hacer muchas cosas, y como equipo podemos hacer maravillas ;) las amo.
* Entrada repetida. Discúlpenme.
Cada vez te acercabas más a mí, yo esta ba inmóvil, sabía que ese sería nuestro último beso. El más suave, el más lento, y antes de que terminara empecé a llorar. No podía asimilar que era el último. No podía creer que tenía que separarme de ti, tal vez luego de un año ya ni te importaría qué hago de mi vida, ayer querías saber a qué hora me levanté y qué almorcé.
Terminaste de besarme y me cogiste la cara con tus dos manos, hiciste que te viera de frente, viste mis ojos llorosos y me abrazaste. El último abrazo.
Adiós.
Di media vuelta y caminé. Todo lo que había pasado contigo... algo me hizo sonreír. Sin embargo, igual me dolía, era el dolor más grande. Lo digo en serio, no hay dolor mayor. Quienes han amado y han dicho adiós saben lo difícil que es.
Estoy caminando en una dirección contraria a la tuya, tan simple sería voltear y correr hacia donde estás. Pero elegimos este camino, o mejor dicho, nuestros propios caminos. Me gustaría hacerte saber lo feliz que me has hecho y que estar a tu lado es lo más lindo del mundo, pero debo seguir caminando.
Recuerdo la emoción que sentí cuando me dijiste que me querías, todo era color de rosa e ilusiones. Poco a poco empezamos a conocernos, y a querernos de verdad, unas cuantas peleas, unas cuantas disculpas. Pasamos momentos alegres y tristes y con eso aprendimos a amarnos, unas peleas, unos llantos, un orgullo y un perdón sincero.
Aprendí qué musica te gusta, qué bromas te gustan, qué comida, qué color, qué deporte, qué te da celos, qué te molesta, qué te hace llorar, qué te hace reir...
Aprendí que no tienes cosquillas, que tus abrazos son los mejores, que a veces necesitas que alguien te cuide y te engría, que me encanta ser ese alguien, que cuando estás enfermo igual juegas fútbol, que eres sensible, que dices lo que piensas, que pedirte perdón no es fácil, que cuando pides perdón es porque en realidad lo sientes, que podías ver películas que no te gusten por mí, que cuando dices "ajá" es porque algo te molesta, que cantas bien aunque digas que no es así, y que eres la persona que más fácil de amar.
Sé demasiado sobre tí, sabes demasiado sobre mí, esto no se puede acabar. Sigo caminando y quiero voltear, me tengo que controlar. Contigo he compartido demasiados momentos, no me quiero separar de ti, si quieres lloro contigo, si quieres intento hacerte reír.
No. Tengo que aceptarlo.
Me acuerdo de la primera vez que fuimos al cine, de la primera vez que nos besamos, de la primera vez que me hiciste cosquillas, que me pegaste con un cojín, que me tiraste al mar, que comimos juntos, que llegamos tarde a claun, que tuve celos, que me cogiste de la mano, que dejamos a todos para estar solos, que te escribí algo, que me despertaste con un mensaje, de la primera vez que te vi.
Y de nuevo, a pesar de tener lágrimas en los ojos, algo me hizo sonreir.
Escrito el 23 de Diciembre, cerca a Navidad, a la felicidad.
Por Aixa, en el hi5.
:)
Oficialmente es mi libro favorito. Tengo la necesidad de escribir fragmentos de este, ya que considero que la forma en que está escrito es perfecta y además llegó a mí hasta el punto de hacerme llorar.
Lo recomiendo, y aviso que es un libro extenso, pero si te agrada la lectura y más aún si te gusta el tema, vas a disfrutarlo tanto como lo hice yo.
"Un hombre al borde de la vejez decide escribir sus Memorias sobre el único acontecimiento que importó en su vida: el amor por Xóchitl, su hermana, quien falleció durante una peste que asoló cierta región de Piura, cuando ella entraba a la pubertad. Veraz, crudo y recatado al mismo tiempo, el "memorialista" evoca los orígenes, fundamentos y culminación de una relación de amor."
A mi parecer, la reseña no es tan llamativa y el título del libro tampoco, al principio no me llamó la atención, ahora lo considero el libro más apasionante que he leído.
La historia es narrada por Guencho, quien tuvo a Xóchitl, su hermana, como el amor de su vida. "Hubiera querido que esta historia la escribiéramos Xóchitl y yo"
Como dije antes, necesito escribir algunos fragmentos del libro:
"Xóchitl en lengua náthuatl significa flor. Xóchitl es la madre de las flores. Es la flor. Es mi flor. Mi flor prohibida... ¿Prohibida? No lo pensaba así Xóchitl. Y el día decisivo de nuestro amor hubo una loca y desenfrenada batalla de flores, un diluvio de pétalos de rosa saturados de un aturdidor aroma corrupto y funerario y que empezaban a marchitarse. Pero al final habíamos quedado solos en la inmensa casa, ya que Papilio, "nuestro hijo", era un ángel que no pertenecía a este mundo y Artemisa, la negra Artemisa, fue siempre nuestra aliada. [...] Hoy,casi medio siglo después, [...] he sentido la necesidad urgente de narrar, de evocar esos días en que conocí el temprano amor, la felicidad, el castigo y el dolor que no acaba.
Poco antes de morir, Xóchitl [...] me prometió que el día que yo muriera, ella, vestida de negro y con rosas de todos los colores, me esperaría por estos campos de Monte de los Padres. [...] Que estas páginas queden como una premonición del reencuentro definitivo.
[...] "Incesto. Aberraciones. Contranatura. Estigmas. Descendencia. Fraticidio. Mitos Atiguos. La Biblia. No médico. Moral. Infancia. Inocencia. Amor puro. Absoluto. Nadie a quien amar. Huérfanos. Soledades..."
[...] ¿Qué debo hacer con los chicos? Separarlos. Ningún castigo. Simplemente eso: Separarlos. - Pero si eso sería el castigo más cruel.
[...] Sus sarcasmos y bromas irreverentes con respecto a Constanza no eran del todo sinceros y, por lo menos esa noche, sintió (al igual que yo) todo el peso de su ausencia.
- La extrañas, ¿verdad? ¡No mientas, Guencho!
- Sí. A veces. Pero no la recuerdo nada.
- Estaba completamente chiflada. Tú te hubieras enamorado de ella.
- No hables así, Xóchitl, fue nuestra madre.
- Una ridícula que jugaba con muñecas. La loca que se creía cantante de ópera. Pero te habría hechizado.
- Constanza está muerta. ¿Entiendes, Xóchitl? Muerta.
- Pero te sigues poniendo triste cuando piensas en ella.
- ¿Y tú no, Xóchitl?
[…]
- Sí sólo una de las dos tuviera que vivir, ¿a quién elegirías? ¿A Constanza o a mí?
- A ti, Xóchitl. ¡A ti!
- Eres un mentiroso, Guencho. Pero me gusta que mientas. Quiero que siempre recuerdes lo que te voy a decir: yo no te hubiera podido compartir con ella.
[...] Serían reuniones "fantásticas, fenomenales", le oía decir. Y una vez, hablando con Calola Garcés, le escuché la palabra orgía.
[...] La lectura del Diario de Xóchitl corroboró lo que ella misma me revelara cuando puso término en forma decidida y nada cortés a aquellas veladas en que desplegó toda su energía y poder de seducción. El Diario es muy explícito sobre los dos objetivos que se propuso alcanzar con esas reuniones que tanto me hicieron sufrir, pero a ella la exaltaron y llenaron de orgullo. La noche que volvió a dormir conmigo me dijo: "Oh, Guenchito, mi amor, nada en el mundo se compara a lo nuestro".
Pero fue la otra meta que se propuso Xóchitl al organizar estas reuniones lo que en verdad me hizo sufrir. Peleamos, estuvimos varios días sin hablarnos y eso fue lo peor del cruel juego (más bien del terrible plan) que mi hermana imaginó y puso en marcha. Le dije:
- Xóchitl, no hagas esto. A nadie amo más que a ti. Ninguna otra chica me parece más linda que tú.
- A mí no me parece – afirmó.- He visto cómo miras a la Beba Ugarte y a Vilma Balarezo.
- ¿La Beba? ¿La Santurrona de la Beba Ugarte?
- ¿Y qué me dices de Vilma Balarezo?
Titubeé unos instantes porque no quería que existieran mentiras entre nosotros.
- Es bonita. También me gustaba hablar con ella. Pero es distinto a lo que siento por ti.
- ¡Claro que te gusta! ¿Crees que no me di cuenta, pese a que querías disimular, cómo se te iban los ojos hacia ella cuando organicé el desfile de las chicas para que tú eligieras quién tenía el calzón más sexy?
Me pareció muy injusto lo que aseguraba Xóchitl, sin contar con que yo me opuse, en contra de los deseos de los otros chicos, a que se celebrase aquel absurdo desfile de modas de ropa interior, porque me sublevaba la idea de que otros ojos se posaran en el cuerpo de mi hermana.
- ¡Bien sabes cuánto me opuse a ese maldito desfile! No podía soportar que Catota, el loco Olivero y Calola, que se mueren por ti, te miraran.
[...]
- Vilma Balarezo le aseguró a Calola que a ti te gustaba ella. Calculabas la hora en que iba al colegio y la esperabas. No le decías nada, pero se miraban y una vez ella te sonreió. ¿Nunca se besaron cuando se escondían juntos?
- ¡Nunca! Te lo puedo jurar. Y ahora me toca a mí. ¿Con cuál de los tres te besaste? ¿O te besaste con los tres?
- Grandísimo tonto. Debería darte una cachetada.
[...]
"Así celebraremos tú y yo - me dijo Xóchitl- cuando acabemos con el viejo. Pero eso sí, Guencho, te prometo que nuestra fiesta será muy, pero muy alegre". Después discutimos sobre la forma en que la artista, caída en la locura definitiva, tira varias veces del gatillo de su revólver contra el amante, cuyo cuerpo queda flotando en la gran piscina de la mansión. No hacía mucho que Don Elías había vendido su colección de armas, pero sabíamos que guardaba una pistola en el velador de su cama. Aquella vez nos miramos en silencio pensando en lo mismo.
[...] A la madrugada siguiente, poco antes de las cinco de la mañana, falleció nuestro viejo padre rodeado de monjas y curas. [...] Después volvimos al Mirador y nos asomamos a la avenida Grau ya iluminada por el sol. Xóchitl entrelazó sus dedos con los míos y entonces el esperado sentimiento de libertad fue abriéndose en nosotros. Siempre habíamos soñado con una celebración cuando llegara este momento y con seguridad la haríamos aunque luego tuviéramos que huir y abandonar para siempre de nuestra casa.
[...] Ríanse de la precocidad de que tanto hablo en estas páginas: ahora sólo éramos una atemorizada y ansiosa pareja púber que comprendía que nada de lo que había leído o escuchado le servía para este tramo aún desconocido del acto amoroso. Entre el pudor y la torpeza y el deseo y la infinita ternura hubo que descubrirlo todo de nuevo. No diré más. Luego de contemplar y recorrer y saborear nuestros cuerpos, embellecidos por el torrente de aguas perennes, con sus manos cálidas Xóchitl me guió para entrar en ella.
[...] Aunque entonces no lo hubiera podido expresar, se requiere una cierta perspectiva y una peculiar disposición del espíritu para contemplar la belleza. Momentos antes, en el arrebato del deseo, confundidos entre los besos y caricias, yo no había visto realmente a Xóchitl en la maravilla de su desnudez. Ahora era como si la contemplara por primera vez.
[...] Se acercó a mi hermana con sus ojos pequeños surcados de millones de arrugas la observó unos instantes y preguntó:
- Le duele la garganta, ¿Cierto blanquita? Más tarde le dolerá más.
- ¡Y a ti qué te importa, viejo! – replicó con su voz grumosa y lacerada.
- Permíteme tocarte la garganta, blanquita.
- ¡No te atrevas a poner tus asquerosas manos, viejo!
- ¡Es la peste! – sentenció este. – Ya era hora que no pagaran más los inocentes por los pecadores.
[...] "No hables, mi amor", le susurré al oído; luego jalé la butaca y, cogiéndole una de sus manos, me senté junto a la cabecera de la cama.
Unas tres horas después, falleció Xóchitl. [...] Yo seguía manteniendo la mano de mi hermana entre las mías.
[...] El cuerpo de Xóchitl parecía convulsionar, movía la cabeza de un lado a otro y se asfixiaba. Acudió el médico. Las mujeres redoblaron sus rezos. De pronto, abrió los ojos y me buscó con la mirada y con los días supe que fue en ese momento que ella expiró. Pero yo continué aferrado a su mano.
[...] ¡El mundo sin Xóchitl! ¿Para qué vivir en este mundo?
[...] Y entonces empecé a llorar por Xóchitl, y supe que este llanto no terminaría sino con mi propia muerte.