Una niña en su cuarto, sentada en su alfombra, abraza su osito de peluche.
Abren la puerta y le empiezan a pegar, la jalan de los pelos y ella no hace nada. Sólo abraza su osito de peluche cada vez más fuerte. Se van y cierran la puerta. Ella sigue llorando.
Luego de horas se levanta del suelo, camina hasta la puerta y coge la perilla, avanza fuera de su cuarto y deja caer su oso de peluche.
Camina a través de la sala, todo está sucio. Un espejo cae y la lastima, ella sigue caminando, se ve heridas en el brazo, ve sangre.
Le gusta.
Llega a la puerta principal, la abre en silencio para que no la escuchen. Da el primer paso fuera de la casa y se da cuenta que tiene que volver por su oso de peluche.
Su único amigo.
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