lunes, noviembre 15

Paul McCartney, gracias ♥ (concierto)

Eran ya las 9 pm, hora programada para que Paul McCartney ya esté frente a nuestros ojos, podía ver la emoción de la gente en sus rostros y escuchar frases como "¡vení Paul, vení!" o "¡el sueño de toda mi vida!". No sé cómo, no recuerdo bien el momento, si estaba sentada o parada o hablando con mi mamá o viendo la hora, sólo sé que de un instante al otro, Paul estaba ahí. Sí, Paul estaba ahí cantando Magical Mistery Tour y yo estaba saltando y cantando "Rooooll up, roll up for the mistery tour, roll up and that's a invitation". Empezó con una canción tan simplemente espectacular que, en lugar de llorar (como pensé que haría), en lugar de asimilar la maravilla que tenía en frente, me sentí en la fiesta más grande de toda la historia.

Y así, continuó con el tema Jet. Tema que tiene un coro por el cual yo moría por cantarlo con miles de personas: "JET! uuuuuhhhhhh uhhhh JET!". Me quise volver loca. Y no era la única: Sir Macca ya había hecho estallar a todo el estadio. Para luego volver a tocar una pieza bastante beatle: All my loving, del álbum With The Beatles. Era la tercera canción y yo ya no sabía qué hacer: después de haberla escuchado en tantos tributos, esta vez era él.

Como cuarta pieza, sonó la melodía, que seduce a cualquiera, de Letting go. Una canción de las menos conocidas, una canción con una letra que a mí me parece grandiosa. Y, para darle un giro de 360° al ambiente, tocó Drive my car, otro tema muy beatle hecho para ser bailado (lo demostramos una vez más ese día), y Highway.

No sé si estábamos listos para tremendo impacto, para tremendo juego con nuestros corazones, para escuchar las mejores canciones de la historia en vivo y SEGUIDAS, todas juntas. No hay corazón que resista, pero no interesaba eso, todos estábamos felices así. Y de esa manera, volvimos a dar un giro de 360° y escuché los primeros acordes de Let me roll it. Una chica escribió en la página de Facebook "si tengo que morir mañana, que sea de un Let me roll it directo al corazón" y sí, dicho y hecho: esa canción me dio en el corazón, hizo conmigo lo que le dio la gana. Y en mi cabeza sólo era Paul y ese Let me roll it. "My heart is like a wheel"

Luego vino la encantadora pieza The long and winding road, seguida de Nineteen Hundred and Eighty Five y Let'em in. ¿SE DAN CUENTA? No me explico cómo sobrevivimos a cada maravilla musical que se nos presentó una seguida de otra.

Mientras sonaba la última canción mencionada, volteé a ver la pantalla (muy cercana a mí), en la que se veía a Paul súper grande, y justo él miró de frente. Yo sentí que me miró a mí. Él cantaba y yo sentí que me cantaba a mí. Sí, lo sentí: fue para mí.

Y ahí fue cuando salieron mis primeras lágrimas.

Cuando llegó el momento de cantar My love, Paul dijo "esta canción la hice para mi esposa, Linda". Y, sentado al piano, hizo la magia que sólo él sabe hacer:

Don't ever ask me why
I never say goodbye to my love.
It's understood.
It's everywhere with my love
and my love does it good

Los ojos se le pusieron llorosos y yo me quedé paralizada, impactada, con los ojos bien abiertos y fijos en él. Hipnotizada por su amor y su música. Y por el recuerdo de Linda.

Entonces, vino el intro melancólico de I've just seen a face y poco a poco, junto a la voz de Sir Macca, volví a cantar con un "I can't forget the time or place where we just met". Luego, como una pequeña sorpresita, tocó Bluebird, pieza que no hacía sonar hace mucho, y And I love her, un tema muy beatle, seguido de Blackbird. Al escuchar los primeros segundos de este último, sentí la energía de todos, cerca al colapso sentimental "¡BLACKBIRD!".

Volteé a ver a mi mamá: la vi sentadita, con la mirada en Paul. Y les juro que era la mirada más risueña que he visto, la mirada más hipnotizada, y la sonrisa de no poder creerlo. Ella estaba quieta, inmóvil, y me dijo algo como "qué increíble" (la verdad, no lo recuerdo bien) para luego mencionar la frase con la que me identifiqué: "siento que me canta a mí".

Paul dijo "Escribí esta canción para mi amigo John" y luego de unas barras para Lennon con las que Macca sonreía, dijo "Some for John" y se dio lugar a uno de los mejores momentos de todo el recital: Here today. Y fue ahí cuando salieron mis lágrimas por segunda vez.


Creo que el estadio entero en las dos fechas se quebró con esa canción. Con la letra. Con los ojos de McCartney. Con la presencia de Lennon.

El concierto del día anterior pasó algo bastante bonito al momento de cantar Here today. Paul dijo "This is a song that I wrote for John and it's in the form of a conversation that we didn't have.", alguien del público grita "¡JOHN VIVE, PAUL!" y Paul, emocionado, le contesta "YEAH... OH YEAH!".

Y durante la canción, se le quiebra un poco la voz. Es realmente conmovedor.

Y, como ya dije, hubo un tremendo juego con nuestros corazones, así que la siguiente canción que tuvimos el privilegio de oír fue Dance Tonight. Everybody's gonna dance tonight, everybody's gonna feel alright. La siguiente pieza fue Mrs. Vandebilt, con su característico "¡oh, hey oh!" hizo que el público se vuelva loco. Más de lo que ya nos había puesto. Y no dejamos de corearlo hasta que comenzó con Eleanor Rigby, una del Revolver, una que simplemente siempre quise oír en vivo.

Paul no podía dejar de rendir homenaje a George Harrison, entonces, sacó su ukelele y comenzó con una de las mejores canciones románticas de todos los tiempos: Something.


Y al cantar "I don't knoooow, I don't know" sentí que el corazón se me salía. Era algo que había cantado tantas veces junto a mi mp3, en mi casa, en el carro, en la calle. Y ahora era ahí frente a él y su ukelele.

También cantó Sing the changes, una canción que siempre me sube el ánimo cuando la escucho, seguida de una de sus mejores obras: Band on the run. Con esa sí exploté. Band on the run es, sencillamente, UN TEMÓN. No sé cómo explicarlo... pero eso sí que era maccamanía.

Luego, Paul dijo que esta es una canción que nosotros debíamos cantar, que de hecho podríamos cantar solos, ¡que la cantemos! y escuché el divertido papapapa de Obladi Oblada. Canté lo más fuerte que pude. Es una de las piezas más polémicas de The Beatles, pero a mí me gusta. A mí me encanta. Y a todos en el estadio también. Se escuchó el coro bastante fuerte por todo el estadio. Una y otra vez.

Sir Macca comenzó a saludar a todo el público y mi mamá y yo aprovechamos para levantar el gran cartel que decía "I came from Peru only to dance with you". Cuando Paul miró hacia nuestro lado, se detuvo un ratito a leer el cartel y mandó un beso (!!!!!). No sólo me hizo el día, me hizo el año, me hizo la vida.

Entonces, Paul siguió con una canción que adoro y, la verdad, yo no esperaba escuchar: Back in the USSR. ¡No lo podía creer! Era un beatle cantando frente a mí BACK IN THE USSR. Al no poder procesar semejante hecho histórico, canté como una condenada. E hice lo mismo con las siguientes canciones, I've got a feeling y Paperback writer. En ese momento no sabes qué hacer con tanta perfección entrando a tus oídos.

Y así como homenajeó a Harrison, también a John Lennon. Fue cuando cantó A day in the life, canción que muchos consideran la mejor obra de The Beatles, y Give peace a chance, haciendo recordar al mundo lo que promovía Lennon. Se sintió demasiado lindo cantar junto a otras 75 mil personas "all we are saying is give peace a chance", de alguna manera John no era el único soñador, ¿no?

Paul, todo tiernito, nos dijo que ya era hora de ir a nuestros hogares. Que debíamos ir a dormir y y él también. "IT'S TIME TO..."


Nosotros dijimos NOOOOO y él dijo SIIIIII y nosotros NOOO y él SI SI SI y nosotros NO NO NO y no sé: me encanta. Además, se divertía tanto cuando lo imitábamos, jugaba con eso y hacía chistes y el público se moría de ternura.

Felizmente, el show aún no terminaba.

De nuevo Paul sentado al piano, nos hace el honor de apreciar Let it be en vivo. Y aquí me quiebro por tercera vez. Estamos hablando de un beatle tocando el piano. Estamos hablando de Paul McCartney tocando let it be frente a nosotros. ¿Se dan cuenta de la magnitud? Lloré y canté y todo mi mundo se redujo a eso. Vi su carita y unos ojos llorosos en ella.

Era demasiado para mí. Ya no sabía qué hacer, hasta que sonaron los primeros acordes de Live and let die, y todos estábamos con los nervios por explotar. La gente ya temblaba, estaba a punto de colapsar. Sí, era esa la canción en la que debían salir los fuegos artificiales, y el fuego, y las luces, y la locura. Luego de un "but if this ever changing world in which we live in makes you give in and cry" espectacularmente pasó: SO LIVE AND LET DIE! y el fuego salió... y todo River estalló.


Sentí el calor del fuego en mi rostro. Sentí que mi piel quemaba . Tanto fuego cerca, tanta energía junta, enloquecí.

Entonces llegó el momento que más había anhelado yo: Hey jude. Me quedé completamente en shock. Era su voz cantandonos "Heeeey Jude, dont make it bad". No lo podía creer, eso no podía estar pasando. Pero sí, sí era él y era yo mirándolo, escuchándolo. Y sí, era yo quien empezó a cantar "at any time you feel the pain, hey Jude, refrain, don't carry the world upon you shoulder". Sí, bendita sea, era yo. Y era él ahí. Y sí, era Hey jude. Entonces un "na na na na na na na naaaaaaaa" y comencé a vivir en carne y hueso lo que había visto en miles de videos de youtube, en dvd's, en mi imaginación.

Viví lo que había soñado desde que empecé a escuchar The Beatles.

Y en un instante, emití un "na na na na" que se quebró por mis lágrimas.

Y listo. Toda esta experiencia se puede resumir en esa maravillosa canción. Porque para mí es la mejor canción que pueda haber escuchado todo ser humano, y aunque muchos me digan que es muy sencilla, poco experimental, para mí encuentra la belleza máxima en la sencillez. Para mí esa canción lo es todo. Así de simple.

Paul se fue del escenario y todos lo quisimos retener. Sabíamos que aún faltaban unas canciones más, y volvió con un alegre Day Tripper que me hizo delirar, seguido de la dulzura de Lady Madonna.

Sir Macca dijo "Muchas gracias" con su adorable acento británico e hizo algo que logró que lo ame aún más de lo que ya lo hago. Se miró la palma de su manito y leyó en ella algo cual niño pequeño, y nos dijo "ustedes son buena onda". Me derretí. Me derretí. Me derretí. Nos contó que de 11 años él estudiaba español y nos lo quiso demostrar:


Y, ¿saben qué? me volví a derretir.

"Do you want a Get back?" YEEEEEEEEES "Do you want a get back?" YEEEEEEEES "Me too!" fue lo que dijo para introducir la canción Get back. Pieza que puede hacer saltar al mundo entero.

Luego tuvo lugar el broche de oro: Yesterday. Creo que no necesito explicar nada, ¿cierto?

Y ¿quién dice que Paul no toca música fuerte? Pues un buen Helter Skelter demuestra todo lo contrario. Como ya dije, juegan con nuestro corazón: luego de un hermoso Yesterday el cerebro se nos destroza por la emoción de escuchar Helter Skelter. Así es, magnífico tema que manifiesta todo el talento de The Beatles, de Paul, y de su capacidad para la música. Excelente, una canción que todos deben escuchar en vivo antes de morir.

Finalmente, como todo concierto, llegamos a las últimas canciones: Sgt. Pepper's Lonely Hearts club band y The end. Saltamos todos como unos condenados pues ya sabíamos que Paul se iría del escenario en unos minutos. Viví esas dos canciones al máximo, hice energía con los demás beatlemaníacos y, la verdad, fue un locurón.

Sir Macca presentó a la banda, todos se despidieron. Y de la misma manera en la que Paul apareció en el escenario, de un instante al otro, ya se había ido. Volteé a ver al estadio entero: todos inmóviles. Comenzamos a caminar, algunos con mucha tranqulidad, otros comentando el recital, otros llorando. Y caminamos, y caminamos. Y mi mami y yo nos encontramos con María para ir juntas al hotel. Felipe se perdió y se tuvo que ir en taxi, felizmente llegó bien, eso es lo importante. Una vez echada en mi cama, no lo podía creer. Todo fue veloz: "hace una hora estaba frente a un beatle, ahora estoy aquí, en mi cama", me dije:

"Aixa, has visto a un beatle. Has visto a Paul"

y empecé a llorar.

Todo pasó tan rápido, tan espectacularmente rápido, que me dediqué a vivirlo, a alocarme, disfrutarlo, y no me tomé el tiempo para asimilarlo. Para pensar un rato. ¡Vamos! ES PAUL MCCARTNEY, luego iba a haber tiempo para pensar. Me desperté al día siguiente y pensé "¿ha sido verdad?". Llegué a Lima el sábado 13 y seguía sin creerlo. Vi fotos, escuché su música y lloré de nuevo. Fue tan maravilloso, fue tan rápido, que simplemente parece un sueño. Un lapsus fuera de mi vida.

Hasta ahora que vuelvo a ver los videos, las fotos, que escucho su música, y leo comentarios de la página de facebook (que aún nadie se atreve a dejar) me sigue siendo inevitable llorar.

Paul McCartney te lleva a sentimientos encontrados. Te llena completamente en tres horas, completamente. Te deja tranquilo por el resto de los días e intranquilo por pedir más. Te deja pensando "¿Y ahora qué?". Ver a McCartney es más que suficiente: ya no pido más. Sin embargo, al mismo tiempo, es tan grandioso, que te deja con una necesidad: volverlo a ver.

Es un poco notorio:

A mí este recital me marcó.

A mí los beatles me marcaron. Y es que su música es tan bella que atemoriza. Su música es algo que me da paz y no me deja en paz. Paul McCartney me marcó. Paul cambia mis días, me transmite algo que ningún otro artista ha podido hacer. Mantiene vivos a los beatles, música que no es de los 60s, sino mas bien, música de la historia: música extemporánea.

Y verlo no tiene precio, esta experiencia es algo que le voy a contar a mis hijos y luego a mis nietos. Y que, sin embargo, nadie que no lo haya vivido lo podrá entender. Hace unos días leí "Perú merece ver a un beatle" y sí, es una gran verdad. Todo beatlemaníaco merece vivir esto. No que se lo cuenten, no es lo mismo. No fue lo mismo cantar Hey Jude con Paul McCartney que cantarlo con un dvd.

Sólo me queda decir una cosa: Gracias, Paul. No sólo por el recital, gracias por esas maravillosas canciones. Gracias por prender mi alma e hipnotizar todos mis sentidos.

Y gracias mamá, fue por ti principalmente que viví esto.

5 comentarios:

Angela dijo...

Ahhhh que lindo Aixa, sólo disfrútalo nada más.

Husse dijo...

esperaba con ansias la continuacion y me quede sin palabras, simplemente eres muy afortunada en poder vivir un sueño, una experiencia que te quedara marcada toda tu vida y te hace, hizo y hara vivir la felicidad a pleno :) felicidades

Anónimo dijo...

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Gold. O dijo...

aixa vi a un beatle

me muerod e la envidia, jaja paul

cuando no!!

aunque si lennon estuviera vivo, prferiria a lennon

jaja

saludos aixa!

Gala Albitres dijo...

lo leí TODO! toditito!
*-*
y sentí empatia!
wooooo!
Aixa vio a un Beatle!!!
(..Con los ojos de McCartney. Con la presencia de Lennon... Adoré esa frase *-*)
Morí, resucité y volví a morir cuando
narraste que vio tu cartel! ES UN HONOR! :')

Un abrazoteee! wuuuuu ;D
Galaa