Tengo problemas.

Sí, como todo el mundo, los tengo. No hablo de problemas como el dinero, notas, peleas (aun que de esos tampoco me faltan)... yo hablo de otros problemas.

Problemas mentales, de los que tiene todo el mundo. Esos problemas que te hacen raro. Esos que hacen que sientas miedo ante cosas ridículas, que sientas envidia, celos excesivos, afición por algo material, que te dan algo llamado personalidad, y que no sé, simplemente te hacen raro.

Todos tenemos esos problemas, creo...

Por lo menos todos somos raros...

Mis problemas me molestan, la verdad, me joden la vida. Así soy yo: con problemas.

Así que olvídalo, no voy a cambiar.

Soy jodida, estrezante, antipática, problemática, celosa, engreída, caprichosa, resentida, orgullosa, soy una persona de pocos amigos que ama el queso, el basket, la literatura, el cabello lacio, odia a las huecas, los bichos, una persona que se encariña rápido con la gente pero si le hacen daño (generalmente) se le hace muy fácil dejarla de lado (pero no es vengativa), una persona que se embriaga de sueño, que le gusta el helado con kola inglesa, dormir con dos almohadas (una para abrazarla), comer queso solito porque es muy rico, una persona a quien le encanta reír..

Soy así, y lo odio. Pero me gusta.

Quizás necesite un psicólogo, y creo que cada ser humano en esta vida lo necesita. El PROBLEMA es que yo no confiaria en ningún psicólogo... ¿Por qué hacerlo?

Concluyo: hay problemas que no tienen solución.

Eso me jode.